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martes, 27 de agosto de 2013

LA PLAZA MAYOR DE SANZOLES

LA PLAZA MAYOR


De origen incierto, a partir del siglo XVI evolucionan desde espacios diáfanos  abiertos que permitían orden y desahogo hasta las plazas de los siglos XVIII y  XIX cuadrangulares que son el orgullo de las ciudades en que se en encuentran. Junto a estas plazas  proyectadas se desarrollaron también otras de forma más orgánica adaptándose a los desniveles y con peculiaridades locales que le aportan naturalidad y personalidad  únicas diferenciándose  e identificando el espacio más representativo de una localidad.
Sin trazas previas, fruto de la historia del pueblo, sin problemas de estilo pero con un alto grado de sentido común, a semejanza del ágora en Grecia o el foro en Roma, la plaza formaba un espacio necesario en toda urbe, emblema de la cultura europea  pero también empleado por los islamistas con ciertas peculiaridades.

Espacio público para la organización urbana, la plaza supone urbanísticamente un ámbito de expresión y desahogo, un tránsito de lo privado a lo público, en ella los vecinos pierden su libertad e individualidad y pasa a formar parte de un colectivo.
Históricamente ha asumido múltiples y contrapuestas funciones. Como eje de organización de un pueblo suponía un lugar de comercio, espacio de manifestación, de juego,  celebración, reunión o simplemente de contemplación.
Un lugar donde se constituía la relación y la tolerancia, más aún cuando no existían los medios de comunicación y por supuesto internet. El mejor pueblo es el que tiene y utiliza mejor sus espacios públicos porque éstos definen su vida colectiva, el lugar inmediato donde el visitante intuye la vida o parálisis de su gente, lugar de identidad y de historia.
Carlos I manda que en España se ordenen las ciudades y pueblos desde las plazas, espacio común y central y como tal de importancia, así ha sido puesto de manifiesto desde las Madres de Mayo en Argentina hasta los chinos en la de Tian´anmen o Tahrir en Egipto por no mencionar la Puerta del Sol de Madrid.
La “agorafobia” o rechazo y desprecio por las plazas producido recientemente propugna su abandono, la pérdida de cohesión social y reduce y restringe la participación de la ciudadanía conduciendo a la segmentación, fragmentación y desarticulación de los componentes de la unidad rural.
La Plaza Mayor tiene un valor simbólico de intercambio de bienes, de servicio, de ocio o simplemente de opiniones, opuesto a corrillos restringidos. Fomenta la socialización en un espacio de todos conservando este legado entre generaciones. Es el espacio público más importante de expresión cívica y colectiva, es más que un lugar, en ellas se colocaba el mercado o la horca, el teatro o las procesiones, los toros, las bodas o los juegos.
La de Sanzoles tiene forma irregular, muy común en periodos medievales, en una  orografía con fuerte pendiente se reservó un espacio diáfano para este uso con tres calles de acceso.
Hasta los años 70 el firme era de tierra y todas las fiestas  se montaba la plaza de toros adaptándola al espacio y desnivel con carros y empalizas, se conservan hermosas y singulares fotos como podéis ver en los álbumes del Telecentro.

Con la llegada del hormigonado se realizó éste pero, dado el desnivel existente entre los extremos que llega a los tres metros, se reservó una zona para templete o plataforma elevada,  con sus árboles, bancos y escaleras, fue modificada, pero finalmente demolida.
Tras dejar varios años la plaza con esta zona central sin pavimento y con imagen de inacabada y abandono,  realizamos una propuesta para su estudio por parte de la corporación de la que fue ejecutada parte, con añadidos a sugerencia de otros "colaboradores" .
La plaza tenía un aspecto excesivamente seco. Se proponía una fuente que iría ubicada en la zona de mayor desnivel, consiguiendo nivelar considerablemente el resto de la plaza. De forma circular para facilitar el tránsito de vehículos y evitando rincones y esquinas. El borde de ancho suficiente para ser utilizado como banco en todo su perímetro. El desnivel de la calzada respecto al borde permite que este banco tenga diferentes alturas en su perímetro adaptándose a niños o mayores.


El agua procedería del desborde y rebosadero que discurre por el desagüe de la calle del Caño, situada a mayor altura, disponiendo de cota suficiente para hacerla aparecer en la plaza.
Una pila circular de escasa altura, 50cm en el interior, con agua excedente que aparece para refrescar el espacio. Un rebosadero puntual en el borde superior corriendo el agua hacia el centro de la plaza canalizado por un canal estrecho y bajo para poder beber los perros o pájaros. En el extremo opuesto un pequeño machón o alzado que soporta un caño de la red de agua potable accionado con pulsador manual. Con una escalera descansada se adapta al fuerte desnivel del suelo.
 Planta alzado y sección.


El remate del machón es un plano curvado o arco rebajado. Supone un guiño a la tradición que se integra con el remate superior de la torre de la iglesia y con los remates de los demás caños del pueblo que surtieron de agua a los vecinos y sus animales hasta la llegada del  agua potable canalizada.
Junto al pilón circular, en el mismo eje otro círculo de zona verde y alrededor de él un borde amplio o acera encantada evitando bordillos. La zanja necesaria para traer desde el centro de la calle del caño hasta la zona baja de la plaza se encantaría señalizando el eje principal. Las maestras radiales y bordes exterior e interior de los encantados debían ser de canto grueso, preferentemente plano,  y el relleno de canto menudo y apretado que evite las malas pisadas en particular con tacones.
La fuente no debería elevarse nunca por encima de 1,20m manteniendo la visión del conjunto de la plaza en todo momento. La eliminación del anterior templete dejó claro a todos los vecinos que si bien tendemos a ubicar cosas en el centro, éstas dificultan la visibilidad y la percepción del espectador  es de un espacio mucho más reducido.  La ubicación de un monumento o un elemento de menor  tamaño no provoca este efecto pero sí la de un abeto. La colocación de un surtidor vertical, con un manneken pis de piedra artificial, que fue destruido, farolas estilo Luis XVI o bancos con publicidad fueron aportaciones espontáneas que no estaban pensadas originalmente. La ubicación de las farolas, en concreto, no tuvo en cuenta el tamaño de las carpas que se venían colocando para la celebración de las fiestas, haciendo necesario que todos los años se procediera a desmontar y montar una de las farolas.
 Plano de planta de la plaza.

 Foto aérea Google map.

No obstante se añaden los planos realizados para esta propuesta, así como la vista actual de plaza en Google. Los dibujos son del año 2002. Esta fuente era como las demás del pueblo autosuficiente, no requería acometidas eléctricas, bomba, mantenimiento,…permitía refrescar el ambiente, depósito de agua para posibles incendios, etc.


Saludos.

lunes, 12 de agosto de 2013

EL NEOCLASICISMO EN LA IGLESIA DE SANZOLES.




La iglesia de Sanzoles es Neoclásica.

El Neoclasicismo ha sido un estilo arquitectónico poco estimado y comprendido. Evidencia la seducción del hombre por el pasado, supuso revivir las formas clásicas, un  retorno a las joyas de la antigüedad después del barroco recargado.
En el siglo XVIII se dan grandes transformaciones, es denominada la “edad de la razón”, el amor al hombre, la solidaridad, el respeto y la confianza (valores opuestos al barroco). Se desarrolla la Ilustración, la revisión de la experiencia para la concepción de una nueva sociedad con la necesaria revolución política. Se produce en primer lugar en Inglaterra, de allí pasó a Francia y  de ésta llega a España. Se habla de la época clásica y se toman de ella los valores de belleza y utilidad. Los descubrimientos arqueológicos de Herculano en 1738 y Pompeya en 1748 entre otros, permiten apreciar las bondades de aquella cultura frente a la actual. Tratados como el de Vitruvio colaboran profundamente en retomar aquellas formas y proporciones que permitieron levantar los grandes y majestuosos edificios clásicos.
También supone este estilo una actitud frente al barroco y sus abusos decorativos.
El papado combate el protestantismo desde que en 1517 Martín Lutero criticó la ostentación de la Iglesia y el Concilio de Trento provoca el cambio que potencia el culto y la proliferación de imágenes.
Con el Neoclasicismo la clase media ilustrada tiene nuevas pautas morales. Defienden la disciplina, el valor de la norma y la austeridad del arte antiguo. Así los acontecimientos y la nueva forma de pensar forman parte del movimiento artístico.
Es el  último estilo universal, con su decadencia a finales del siglo XIX es Napoleón quien da paso al Romanticismo.
Se trata de una arquitectura que pretende ser lógica, los órdenes, los elementos constructivos, la supresión de ornato y la funcionalidad. Se impone el gusto desde la Academia de Bellas Artes de San Fernando, fundada en 1752 a raíz de la remodelación del Palacio Real de Madrid. La rivalidad entre nobles y la ostentación en sus edificios había sido la dominante, con derroches que obligaban a aumentar las recaudaciones y  provocaban en las clases humildes grandes penurias.
Se dejan de levantar suntuosos y abigarrados palacios para iniciar programas de edificios públicos, hospitales, orfanatos, canales, puentes…, grandes construcciones necesarias para la sociedad que sale de momentos de profunda crisis.


¿Todo este preámbulo para qué? Para intentar situarnos en el escenario en el que se levantó la iglesia de Sanzoles. Un pueblo que necesitaba un templo de mayores dimensiones, sólido,  sin alardes decorativos de tiempos pasados utilizando sencillos relieves y remates acompañados de ligeras molduras funcionales.  Orden u proporción inspiradas en el clasicismo por solidez y estabilidad, toda ella de piedra arenisca local y de una sola traza.

                                        

Fotos del autor.  

lunes, 22 de julio de 2013

LA CONSTRUCCIÓN DE BODEGAS TRADICIONALES. CAPITULO 3.

EL CUERPO DE LA  BODEGA.              
Sanzoles.


La bodega deberá descender y adentrarse en el terreno hasta que sobre el cielo del cuerpo principal dispongamos de entre 6 a 7m de piedra y tierra, espesor que garantiza en estos suelos  la estabilidad de temperatura necesaria para conservar en las mejores condiciones los vinos, con cambios de temperatura mínimos (entre 9 y 12ºC).
Tengamos en cuenta que deberán mantener el vino sin estropearse durante un año o más en el caso de que los viñedos sufran heladas que mermen la cosecha.

El cuerpo de la bodega dispondrá de espacio suficiente para alojar los recipientes en los que se elabora el vino, así como para la manipulación, llenado, vaciado y limpieza de los mismos. También para la pisa, sea picada en la propia roca, de fábrica de ladrillo o recipientes para su estrujado y extracción. Dado que cada casa o familia tiene unas necesidades de producción muy dispares, encontramos bodegas desde algo más de 1 m2 con espacio casi exclusivo para varias garrafas de vidrio, hasta grandes bodegas con zonas de cubas y lagar en esta parte principal de la bodega o conjuntos de bodegas que se unieron o crecieron como si de un órgano vivo se tratara.
Sanzoles.

Es muy común que las bodegas sean el fruto de abundantes ampliaciones que las van adecuando a las necesidades del propietario productor ampliando el espacio teniendo cuidado de respetar cierto espesor de piedra entre las bodegas contiguas. Con estas premisas la forma inicial en planta en rectangular y básica, abovedada, a la que se le añaden ampliaciones al frente, nichos a ambos lados o incluso bajo la propia escalera, y por supuesto hacia abajo dándole mayor altura para alojar cubas de mayor dimensión  dejando espacio para la entrada por la parte superior de las mismas o boca y hueco inferior para las canillas y colocación del envasador, recipiente obtenido de una cuba cortada por su zona más ancha colocado apoyado sobre la rueda.
Sanzoles.

Este aumento de la altura de la bodega con posterioridad a su inicial trazado provoca que en muchas ocasiones los peldaños de la escalera se adentran en el espacio principal, al hacer descender el suelo dado que no se debe picar en el techo porque perderíamos espesor de terreno sobre ella  y debilitaríamos la estabilidad que garantiza el reparto de cargas que incide sobre el cielo de la bodega hacia los muros laterales.  
Tengamos en cuenta que la excavación del terreno favorece su pérdida de humedad y ésta va acompañada de retracciones y fisuras en muros y techo que presentan muchas.
El techo siempre curvado, preferentemente abovedado, además de soportar mejor las cargas, en momentos puntuales de filtraciones de agua se favorece el escurrido hacia el suelo y arquetas de achique evitando las goteras.

Fuentes y fotografías propias.

miércoles, 10 de julio de 2013


LA CONSTRUCCIÓN DE BODEGAS TRADICIONALES. CAPITULO 2.


LA ESCALERA.

Abierta la puerta  de la bodega, lo más común es disponer de un espacio de descanso, zona llana antes de la escalera que permite encender el elemento de iluminación para bajar, vela, carburo lámpara  de petróleo,... además de adecuar la vista al cambio brusco de luz antes de empezar a descender o posteriormente en la salida. Las más antiguas sin barandillas o agarraderos para ayudarse.
 El Cubo.


De escasa anchura, de 1 a 1,30 m.  con algunas oquedades para dejar pequeños utensilios a mano a uno o ambos lados.
 El Cubo.



Cubierta esta entrada con madera o piedra, se une con la escalera con peldaños en general poco descansados, la medida más común es de 30/33cm de pisa y de 20 a 22cm de tabica. Talladas en la misma roca con ligera pendiente que permite el escurrido de los líquidos que se vierten al subir o bajar recipientes llenos, llegando a formar regateras, desgastados en la zona de pisadas. Las escaleras tienen un número muy diverso de peldaños, los necesarios para descender por el cañón hasta el denominado cuerpo de la bodega, parte de mayor anchura donde se ubican los recipientes y se realizan las labores.



 El Cubo.


El techo de de estos espacios  inicio de la escalera descendente hasta que se adentran bajo la roca virgen suele ejecutarse de cuatro maneras fundamentalmente. La más sencilla sería con palos o maderos de mayor o menor grueso adosados unos a otros, muchas veces sin pelar la corteza, que hacen de encofrado y soporte de la piedra y tierra de tapa que la cubre.
 Cuelgamures.


La segunda solución, la menos empleada, consiste en colocar sobre una cimbra o encofrado de madera, piedras de tamaño medio, de 10 a 30 kg  preferentemente jarreña, sedimentaria con abundante sílice muy áspera y poco absorbente, colocadas a modo de cuña, de gran dureza y que abundan en los cerros del entorno.
 Villabuena.

También pueden estar colocadas varias filas a ambos lados salientes por aproximación con una pieza plana grande de tapadera. 


La tercera, la más utilizada consiste en apoyar sobre las dos mesetas laterales de la escalera dos sillares alargados uno contra otro formando ángulo de 90º en el vértice o aproximándose a él, con el apoyo inferior y el encuentro superior achaflanados en junta vertical para dificultar la entrada de agua. Piedras pareadas que conforman un techo triangular, hasta que descendiendo entramos en la zona de piedra natural en el que el techo se redondea sustentándose por el natural efecto de arco.
 Gema. 
 Guarrate.

La última solución, la más rica y escasa, consiste en la realización de una bóveda de medio punto con dos salmeres, dos dovelas y la clave, consiguiendo un techo semicircular  o bóveda de cañón inclinada con la pendiente del tiro de la escalera.
 El Cubo.




Cuelgamures.

Por supuesto el empleo de losas de hormigón, viguetas de forjado y bovedillas u otros procedimientos, si bien pueden resolver el problema (teniendo en cuenta las importantes cargas que en ocasiones soportan), modifican el aspecto original y tradicional de estas construcciones de forma importante.


 Entrada en Sanzoles.

Cuando dispone de estancias, sisas o pequeños espacios a media altura se realizan descansos, zonas planas para permitir la ubicación de otra puerta, tinajones o barricas. 
En una misma puerta podemos encontrar en el descenso dos o más bodegas, generalmente construidas por una misma familia que pasa a distintos propietarios con la colocación de nuevas puertas y sus llaves independientes.
 Sisa. Sanzoles.
Esta forma de cubrir galerías o espacios angostos la identificamos por primera vez en la construcción etrusca, en Italia en el siglo VII al V a.c. Encontramos en esta cultura antecesora de la romana, edificios funerarios con puertas y agrupación de las mismas que se asemejan mucho a las actuales bodegas.

 Tumba de Bronzeto en Populonia (Italia).

 Necropolis en Orvieto. de Cocefisso del Tuto (Italia).


En planos de planta y sección vemos como aquellas construcciones funerarias tienen la misma estructura, e incluso ventilación que muchas bodegas enterradas.
Artesa en Corneto en Volumnii, Perugia (Italia).
Imágenes de Francisco Ortega Andrade (Arcos, bovedas y techos en la construcción etrusca).  Actas del segundo congreso nacional de historia de la construcción. CEHOPU, Madrid 1996.



sábado, 8 de junio de 2013

CAMPANAS DE LA IGLESIA DE SANZOLES.

Campanas función y significado.
En Sanzoles cada domingo las campanas suenan con energía llamando a misa.
Un sistema de comunicación que llega a  todos los vecinos del pueblo, incluso a los que se encuentren en el campo. Sus toques se deberían escuchar desde la totalidad del término.


Con sonido  identificable, se tañen con exclusivos “toques” para cada acontecimiento.
 


Nola o Signun, fueron algunos nombres de las campanas en la antiguedad.
Los monjes desde el siglo VII emplean para llamar a sus rezos múltiples tipos de campanas,  para defenderse de los temporales, o  los malos espíritus que los propiciaban, anunciaban la tarde anterior el ayuno del día sucesivo, señalaban la hora de actos singulares y lanzaban una nota de alegría en las circunstancias solemnes de la iglesia o de carácter civil pero siempre de interés común, se trataba de un medio de comunicación. Todavía hoy en algunas fincas de Salamanca, aunque no disponen ya de capilla, mantienen la campana o campanas en uso para realizar avisos.


En los pueblos de Castilla y León además de convocar a misa sirven para anunciar la agonía y la muerte de un fiel, que los locales llaman encordar, varón, hembra (uno o dos toques al finalizar) o niño (toque especial), para que se rezase por su alma, funerales u otros actos religiosos, también para avisar a fuego, recaudación, terremotos, tormentas, ataques en tiempo de guerra, extravío en temporales u otros actos de la comunidad. Las torres son elementos de defensa y observación. El día anterior a una gran fiesta religiosa se tocaba a vísperas. Para llamar a la misa diariamente se usaba una esquila.


Las campanas eran el reloj de muchos vecinos, toque matinal, del Ángelus a las 12 del medio día, y por la noche, servía para marcar el tiempo de trabajo y descanso, y recordar a los ausentes.
En el reino de León, las campanas y pendones eran propiedad de los Concejos de vecinos, dado que ambos tenían funciones tanto civiles como religiosas, compartiendo su uso.

Siempre elevadas de la nave de la iglesia mediante torre o espadaña. Las torres cuadradas eran  más estables y con cuatro lados permiten hasta ocho claros y campanas diferentes cuando no más (lo vemos en Fuentesauco).En el periodo barroco se hacen salas de campanas con bóveda de piedra que permitía amplificar su sonido como si de una caja de resonancia se tratara.

Las espadañas son las más abundantes en la comarca, todas ellas diferentes, constan de un muro de gran espesor, siempre perpendicular y al pié la iglesia,  se reduce a medida que se eleva, cuanto más alta más lejos llega su sonido, con un número de claros variable, generalmente tres, dos ocupados por campanas de diferente tamaño y uno en otra altura libre para colocar otra menor.
Cada campana emite un sonido diferenciado,  facilitando la diversidad de de combinaciones con sus toques y tiempos, generando peculiares melodías.
Como la música, transmiten sentimientos y emociones a los vecinos y sobre todo a los nacidos o criados en el pueblo recuerdos que lo asocian a momentos importantes de sus vidas (fiestas, bodas,bautizos, comuniones, etc). Existía un campanero, cargo semejante al alguacil o al guarda, responsable de todos los toques necesarios y del cuidado y buen uso de las campanas.
  

La reciente reconstrucción de las campanas de Sanzoles hizo preciso bajarlas trasladarlas a la fundición, romperlas en pedazos y volver a fundirlas, conservando sus formas, dimensiones y espesores para conseguir el mismo sonido o afinación. repitiendo las inscripciones y dibujos que tenían. Las campanas ubicadas en los templos contienen comúnmente inscripciones con los donantes, fechas y sobre todo símbolos y cruces.

 El badajo de forja forma parte necesaria del instrumento por su modo y lugar de impacto y la cuerda para su manipulación, generalmente simultánea de las dos campanas.

Un motivo para reutilizar el bronce de la campana original es la relación de cobre y estaño  de su aleación. Además de la forma, distintas proporciones de los dos componentes condicionan su durabilidad y su sonido.
La causa fundamental por la que se puede romper una campana es un templado o mal enfriamiento en su fabricación. La variación de espesores supone diferentes temples y tensiones que si permanecen en la pieza, sometido a las condiciones extremas propias de la intemperie y  a los fuertes impactos en su toque, pueden llegar a romperla, momento en el que su sonido cambia radicalmente. Hasta la reparación reciente todos conocíamos el peculiar sonido de la campana rota de Sanzoles.

La fundición más tradicional de campanas es la denominada “a la arena”, también se pueden fundir campanas de menor tamaño “a la cera perdida” técnicas muy diferentes de conseguir que el bronce fundido adquiera la forma de un molde.

Las campanas eran fijadas por cuatro asas que permiten sujetarlas al yugo mediante elementos metálicos también forjados,  amarrados a maderos que unidos a un eje de giro y viguería contrapesan la campana para facilitar el volteo o vuelo, tanto en el simple balanceo como en su giro total con facilidad. En Sanzoles el yugo nuevo colocado a las campanas es de palastro, chapa de acero de gran espesor que soporta la intemperie mejor que la madera, manteniendo su forma y función, aseguradas con barrotes roscados al eje de giro que ahora tiene rodamientos para facilitar el movimiento sin dañar los apoyos en sus extremos.

La construcción de campanas era un oficio peculiar dentro del más genérico de fundidor.
Todavía se enseña fundición de bronce en las escuelas, utilizada fundamentalmente en la reproducción de esculturas.
Desde la milenaria cultura china se  emplean campanas pero probablemente fueron los romanos los que las difundieron en la península, utilizadas para todo tipo de convocatorias o llamadas, pasos de cortejos, organización de esclavos, termas, mercados y otros por su fuerte sonido y alcance.
En la iglesia, los tres toques se asocian a la Santísima Trinidad. La adoración en el acto de elevación durante la eucaristía. El toque suave y rápido del Sanctus de la entrada de Jesús en Jerusalén. Los tres toques suaves en la Comunión y otros más. Los repiques de campanas, ahora ejecutados casi todos los fines de semana, eran reservados para los días grandes.
 
                                         Campanario Carmelita en Salamanca. Dos espadañas y cuatro campanas.


EL LENGUAJE DE LAS CAMPANAS. GUILLERMO CARRIZO VARCARCE. FUNDACIÓN JIMÉNEZ DÍAZ. 2018, REV. 436

miércoles, 15 de mayo de 2013

LA PIEDRA ARENISCA DE SANZOLES.


Piedra arenisca de Sanzoles.

Es el material más noble de los empleados en la construcción  local. Son muchos los edificios existentes en Sanzoles del Vino realizados con esta piedra.
Los más singulares por su tamaño son el ayuntamiento y la iglesia parroquial de San Zoilo.
Ambos realizados en piedra en su mayor parte.
Sabemos que en el pago de El Culo del Mundo se ubicaban las canteras de donde se extrajeron piedras areniscas (de diferentes tipos) para levantar “Ocelo Duri”, origen de Zamora y asentamiento romano en Madridanos y Villalazán o las Contiendas,  según la revista Argutorio de la Asociación Cultural Monte Irago.
También se ubicaba el “Oppidum” Vacceo  antes de la llegada de los romanos en el Teso del Viso, según José Luis Vicente Gonzalez.
El pago denominado de las Canteras está situado cerca del Caserío de Aldeanueva.

 Bancos de extracción.

Pero la sillería utilizada en las abundantes construcciones levantadas en Sanzoles procede del  cerro de Las Llaves, al noroeste del municipio.


Como roca arenisca, es de origen sedimentario, fruto del asiento de arenas en la proximidad de antiguos terrenos fluviales.
Compuestas por cuarzo, feldespatos y filosilicatos en distintas proporciones. El cuarzo del 55 al 82%, el filosilicato  del 10 al 24% y los feldespatos del 1,5 al 15% algunos otros componentes en cantidades inferiores a éste.  La porosidad alta de 25 al 35% provoca en ocasiones que las areniscas con mucha arcilla absorban  humedad en exceso, se reblandezcan y se desmoronen. Por este motivo, todavía hoy, en Villamayor (Salamanca), piedra de composición más homogénea y estable, se sigue recomendando el oreo de la piedra extraída antes de su colocación para descartar las más endebles.
Es de tonalidad variable, desde arenosa pálida hasta rojiza terrosa cuando contiene mayores óxidos metálicos y arcillas.

La maestría de los canteros se aprecia en el abundante número de piezas talladas que podemos ver en los edificios tanto de viviendas como de uso auxiliar o agrario. Bodegas, cuadras o pajares presentan ventanas y esquinas excelentemente  talladas.
La facilidad de talla en fresco y la abundancia de este material en el entorno permitió a los maestros de obras y canteros aplicar la sillería en la solución de abundantes problemas constructivos.


 Calle de la Mañana.
Por La calle de la Mañana se adentraban los carros con la carga. La importante torre sirve de referencia. En la dirección contraria, el Camino de Moraleja y el pino (destacando en la silueta del monte) en la lejanía, era el destino de los carreteros.


Las canteras que sirvieron, según cuentan los viejos del lugar, para acarrear con bueyes desde ellas la piedra de mayor calidad, estaban situadas en el cerro denominado teso de las Llaves, en los límites del término lindando con Moraleja del Vino. Realizando una visita reciente, gran parte de los barrancos creados en la extracción han sido enterrados y encontramos restos de piezas de cantería abandondanas y abundantes escombros propios de esta labor minera.
Cortes verticales apiconados que configuran paredes mostrando el avance del tajo. Piezas prismáticas que mediante la el uso de palancas, la realización de rozas y mediante cuñas de acero se separaban del macizo rocoso y se fraccionaban. La pieza prismática abandonada y fotografiada nos permite imaginar por su tamaño el enorme esfuerzo que suponía la extracción, carga y transporte de éstas antes de verlas colocadas en su dintel, esquina o cornisa.

Sirvan estas líneas para entender el esfuerzo y la riqueza que representa el empleo de este material y el valor que tienen las construcciones ejecutadas con esta piedra que en ocasiones se  tapan, desprecian, maltratan o derriban.
  
Corte de cantera. Las Llaves.

 Cantera en el pago "Las canteras"
En este pago se extraía la piedra empleada para los zócalos, arenisca tosca poco porosa de difícil labra, está situada al este en el límite con el término de Toro junto al camino del mismo nombre.



Canteras de Villamayor (Salamanca).

Saludos.






sábado, 11 de mayo de 2013

EL RETABLO MAYOR DE LA IGLESIA DE SANZOLES DEL VINO




La iglesia de Sanzoles presenta en su interior un retablo  apreciable que desde estas escasas líneas intentaremos explicar para su mejor comprensión.
Podemos afirmar que el retablo es anterior a la construcción de la iglesia.
La construcción de este tipo de retablos se sitúa entre el 1600 y el 1750, siendo levantada la iglesia ya en el siglo XIX como lo indica la portada norte.
Sin la consulta de archivos, que sería preceptivo, podemos suponer que este retablo procede de la anterior iglesia existente en el municipio (algunos documentos hablan de tres), con cabecera de menor tamaño.
Los retablos se constituyen cono un mueble para el culto en el que se ubican imágenes. Situado en el lugar más destacado, detrás del altar “retro tabulum” tabla posterior. Es en el barroco, siglos XVII y XVIII cuando evolucionan hasta llegar a su mayor profusión artística con los camarines como el de la iglesia de Bamba.
Los retablos fueron realizados de piedra, estuco, pero sobre todo de madera, que permitían gruesas tallas, ser pintados y dorados deslumbrando al espectador. Evolucionaron también reduciendo figuras y dando mayor protagonismo al manifestador que se eleva a la zona central, dando más importancia a la eucaristía.
La madera más común era el pino pero también se realizaban en castaño, nogal, roble, peral u otras maderas de la zona por su economía y mejor comportamiento.
La escasa luz que los iluminaba, cuando no eran velas, sus formas ondulantes y doradas, destellantes, sumergían al visitante en una atmósfera que colaboraba con la espiritualidad del discurso. La ilusión, teatralidad y los contrastes del barroco se consiguen con verdadero efectismo.

Los retablos barrocos constituyen una de las muestras más importantes del arte español de todos los tiempos, y a pesar de su descrédito con los ilustrados y los múltiples incendios, son muchos los que han llegado a nosotros. El Concilio de Trento vino a refrendar la importancia de las imágenes  que aproximan al orante a la religiosidad sin sustituir al representado.
El retablo de la iglesia de San Zoilo de Sanzoles del Vino, en Zamora, es de madera, churrigueresco, como todos estos retablos, se ordena arquitectonicamente en horizontal con el banco o predela, dos cuerpos y el ático. En vertical se dispone en tres calles.
El banco original no existe. Probablemente con la construcción de la nueva iglesia, se trasladaron los cuerpos superiores pero el banco, zona inferior hasta la altura del altar, no pudo recuperarse. El actual está construido de fábrica de ladrillo enfoscado y pintado, en fotos antiguas se puede apreciar que, aunque con pintura imitación a mármol negro, también era de mortero.

El primer cuerpo presenta cuatro plintos salientes, generando tres huecos rehundidos, en el central se ubica el sagrario, en los otros dos se disponen santos al nivel de la mesa.
Los plintos están decorados en la zona inferior con pequeño zócalo, y en la superior con filete de baquetón dorado, friso negro, con moldura dorada, cornisa corrida decorada en su parte inferior con ovas, también doradas, ménsula central y en los costados con decoración vegetal, calada, con colgante de hojas hacia el centro de la peana, apoyadas en placas recortadas sobre entrepaños rehundidos con moldura de cuarto de bocel dorada. El marco de las peanas es de color granate imitando los mármoles Rojo Emperador, y el fondo de los entrepaños y el frente y plano superior de  las cornisas en imitación del mármol negro.  

En el segundo cuerpo predominan las columnas salomónicas. Cuatro, destacan del conjunto por su tamaño, relieve acabado. Sobre basa ática, idéntica a la empleada por Bernini en el Baldaquino de Roma en 1630. El fuste negro entorchado que eleva al orante como la llama de una vela. Todo él decorado con vides pámpanos y racimos, que cuelgan maduros desde sus varas enrolladas llenas de hojas contorneadas y llamativas. La representación del paraíso y frutos que nos aportan el vino símbolo fundamental del cristianismo. Sobre el fuste, capitel corintio con entablamento, fino arquitrave rematado en moldura de talón decorada, friso con canecillos vegetales dorados, entrepaños pintados enmarcados en rojo y centro en negro. Cornisa con moldura de ovas doradas, voladizo en negro y fino cimacio de nuevo dorado.
 Las calles exteriores de este  cuerpo presentan hornacinas con arco de medio punto enmarcadas exteriormente con una moldura que parte el espacio entre los bordes exteriores y el nicho. En la zona inferior o peana se remata con moldura pintada en relieve de placas recortadas, y en la parte superior con un florón vegetal o mascarón florido. En la calle central se repite todo de mayor tamaño por tener mayor ancho que las laterales. En el nicho central se sitúa el patrono del pueblo.

Sobre la mesa, cubriendo el sagrario, un manifestador con columnas toscanas y arquitrave. El manifestador, neoclásico, austero,  aporta protagonismo al sagrario y a la eucaristía realzando este elemento sobre el resto de los que componen el retablo y sirve de peana al santo patrón.
Las tres hornacinas están marcadas en su parte curva por cuatro casetones la central y tres las laterales, pintados imitando mármoles. Los laterales también decorados con entrepaños. El fondo pintado. El central con cuatro ángeles querubines que rodean y admiran al santo. El arco del nicho central se remata lateralmente con dos columnas en estípite recto con motivos vegetales con su capitel. Se prolongan hacia el techo con moldura elaborada cerrando un plano pintado en imitación mármol rojo.
El tercer cuerpo o ático tiene el remate en cornisa sobre las columnas. El entrepaño alargado decorado con pintura de vegetales simétricos configurando una cenefa corrida. Al frente las peanas sobre columnas vuelven a tener marco rojo, entrepaño negro y apliques vegetales colgantes dorados. Sobre las columnas de los extremos, dos remates torneados con soles, símbolos celestiales y marianos.
El cuerpo central se eleva una altura más con columnas apilastradas en estípite, nuevamente pintadas enmarcadas en rojo e interior negro y sobre los tres lados apliques colgantes de frutos y hojas dorados.
En el centro un marco a tres lados, con lienzo de fondo en el que se representa Jerusalén con sus murallas.
El Cristo, símbolo de la Pasión. Cruz triunfante, de bulto y fondo de pincel. La hechura rústica, su rostro y cabeza, su tronco y piernas rectas, solo los pies cruzados para ser fijados con un solo clavo nos remite a su ubicación en fechas anteriores al siglo XVII por su rusticidad. Las desproporciones entre brazos, piernas y tronco son las propias utilizadas para compensar las deformaciones que provoca la visión de una talla ubicada en lo alto, quizás exageradas.
Las pilastras laterales se rematan con un nuevo entablamento sin friso y de menor tamaño en su parte superior que le da mayor realce al conjunto y potencia la sensación de altura. En la zona central y como remate un escudo flanqueado con grandes hojas doradas como orla que le confieren riqueza. En el centro del escudo un cordero pascual sobre un cojín. Símbolo de la eucaristía, de la liberación judía y festiva, pues los judíos en los banquetes comían sentados sobre cojines.
Sobre ellos una corona real y la bola del mundo rematada con una cruz. Reinado de Cristo sobre el orbe.
Este último tramo está rematado lateralmente con aletas también vegetales enroladas con dos pequeñas peanas donde parece faltar algún elemento de terminación.
El muro de la iglesia presenta en ambas esquinas dos pilastras de escasa altura rematadas con pequeñas ménsulas escalonadas que eran los arranques de un arco apuntado que enmarcaba (existen fotos donde aparece el arco) y complementaría el espacio existente entre el retablo y los muros laterales, ahora en blanco, que confirman la adecuación del retablo a este ábside cuadrado que configura la capilla mayor, característica en el arte Visigodo, en particular en San Pedro de la Nave. Se eleva el conjunto del retablo, altar y la eucaristía a la vista de los feligreses mediante una pequeña escalinata. Esta capilla es de menor anchura en el fondo que en la boca acentuando su profundidad al modo barroco de Borromini.

De todos modos es recomendable verlo.