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martes, 27 de agosto de 2013

LA PLAZA MAYOR DE SANZOLES

LA PLAZA MAYOR


De origen incierto, a partir del siglo XVI evolucionan desde espacios diáfanos  abiertos que permitían orden y desahogo hasta las plazas de los siglos XVIII y  XIX cuadrangulares que son el orgullo de las ciudades en que se en encuentran. Junto a estas plazas  proyectadas se desarrollaron también otras de forma más orgánica adaptándose a los desniveles y con peculiaridades locales que le aportan naturalidad y personalidad  únicas diferenciándose  e identificando el espacio más representativo de una localidad.
Sin trazas previas, fruto de la historia del pueblo, sin problemas de estilo pero con un alto grado de sentido común, a semejanza del ágora en Grecia o el foro en Roma, la plaza formaba un espacio necesario en toda urbe, emblema de la cultura europea  pero también empleado por los islamistas con ciertas peculiaridades.

Espacio público para la organización urbana, la plaza supone urbanísticamente un ámbito de expresión y desahogo, un tránsito de lo privado a lo público, en ella los vecinos pierden su libertad e individualidad y pasa a formar parte de un colectivo.
Históricamente ha asumido múltiples y contrapuestas funciones. Como eje de organización de un pueblo suponía un lugar de comercio, espacio de manifestación, de juego,  celebración, reunión o simplemente de contemplación.
Un lugar donde se constituía la relación y la tolerancia, más aún cuando no existían los medios de comunicación y por supuesto internet. El mejor pueblo es el que tiene y utiliza mejor sus espacios públicos porque éstos definen su vida colectiva, el lugar inmediato donde el visitante intuye la vida o parálisis de su gente, lugar de identidad y de historia.
Carlos I manda que en España se ordenen las ciudades y pueblos desde las plazas, espacio común y central y como tal de importancia, así ha sido puesto de manifiesto desde las Madres de Mayo en Argentina hasta los chinos en la de Tian´anmen o Tahrir en Egipto por no mencionar la Puerta del Sol de Madrid.
La “agorafobia” o rechazo y desprecio por las plazas producido recientemente propugna su abandono, la pérdida de cohesión social y reduce y restringe la participación de la ciudadanía conduciendo a la segmentación, fragmentación y desarticulación de los componentes de la unidad rural.
La Plaza Mayor tiene un valor simbólico de intercambio de bienes, de servicio, de ocio o simplemente de opiniones, opuesto a corrillos restringidos. Fomenta la socialización en un espacio de todos conservando este legado entre generaciones. Es el espacio público más importante de expresión cívica y colectiva, es más que un lugar, en ellas se colocaba el mercado o la horca, el teatro o las procesiones, los toros, las bodas o los juegos.
La de Sanzoles tiene forma irregular, muy común en periodos medievales, en una  orografía con fuerte pendiente se reservó un espacio diáfano para este uso con tres calles de acceso.
Hasta los años 70 el firme era de tierra y todas las fiestas  se montaba la plaza de toros adaptándola al espacio y desnivel con carros y empalizas, se conservan hermosas y singulares fotos como podéis ver en los álbumes del Telecentro.

Con la llegada del hormigonado se realizó éste pero, dado el desnivel existente entre los extremos que llega a los tres metros, se reservó una zona para templete o plataforma elevada,  con sus árboles, bancos y escaleras, fue modificada, pero finalmente demolida.
Tras dejar varios años la plaza con esta zona central sin pavimento y con imagen de inacabada y abandono,  realizamos una propuesta para su estudio por parte de la corporación de la que fue ejecutada parte, con añadidos a sugerencia de otros "colaboradores" .
La plaza tenía un aspecto excesivamente seco. Se proponía una fuente que iría ubicada en la zona de mayor desnivel, consiguiendo nivelar considerablemente el resto de la plaza. De forma circular para facilitar el tránsito de vehículos y evitando rincones y esquinas. El borde de ancho suficiente para ser utilizado como banco en todo su perímetro. El desnivel de la calzada respecto al borde permite que este banco tenga diferentes alturas en su perímetro adaptándose a niños o mayores.


El agua procedería del desborde y rebosadero que discurre por el desagüe de la calle del Caño, situada a mayor altura, disponiendo de cota suficiente para hacerla aparecer en la plaza.
Una pila circular de escasa altura, 50cm en el interior, con agua excedente que aparece para refrescar el espacio. Un rebosadero puntual en el borde superior corriendo el agua hacia el centro de la plaza canalizado por un canal estrecho y bajo para poder beber los perros o pájaros. En el extremo opuesto un pequeño machón o alzado que soporta un caño de la red de agua potable accionado con pulsador manual. Con una escalera descansada se adapta al fuerte desnivel del suelo.
 Planta alzado y sección.


El remate del machón es un plano curvado o arco rebajado. Supone un guiño a la tradición que se integra con el remate superior de la torre de la iglesia y con los remates de los demás caños del pueblo que surtieron de agua a los vecinos y sus animales hasta la llegada del  agua potable canalizada.
Junto al pilón circular, en el mismo eje otro círculo de zona verde y alrededor de él un borde amplio o acera encantada evitando bordillos. La zanja necesaria para traer desde el centro de la calle del caño hasta la zona baja de la plaza se encantaría señalizando el eje principal. Las maestras radiales y bordes exterior e interior de los encantados debían ser de canto grueso, preferentemente plano,  y el relleno de canto menudo y apretado que evite las malas pisadas en particular con tacones.
La fuente no debería elevarse nunca por encima de 1,20m manteniendo la visión del conjunto de la plaza en todo momento. La eliminación del anterior templete dejó claro a todos los vecinos que si bien tendemos a ubicar cosas en el centro, éstas dificultan la visibilidad y la percepción del espectador  es de un espacio mucho más reducido.  La ubicación de un monumento o un elemento de menor  tamaño no provoca este efecto pero sí la de un abeto. La colocación de un surtidor vertical, con un manneken pis de piedra artificial, que fue destruido, farolas estilo Luis XVI o bancos con publicidad fueron aportaciones espontáneas que no estaban pensadas originalmente. La ubicación de las farolas, en concreto, no tuvo en cuenta el tamaño de las carpas que se venían colocando para la celebración de las fiestas, haciendo necesario que todos los años se procediera a desmontar y montar una de las farolas.
 Plano de planta de la plaza.

 Foto aérea Google map.

No obstante se añaden los planos realizados para esta propuesta, así como la vista actual de plaza en Google. Los dibujos son del año 2002. Esta fuente era como las demás del pueblo autosuficiente, no requería acometidas eléctricas, bomba, mantenimiento,…permitía refrescar el ambiente, depósito de agua para posibles incendios, etc.


Saludos.

lunes, 12 de agosto de 2013

EL NEOCLASICISMO EN LA IGLESIA DE SANZOLES.




La iglesia de Sanzoles es Neoclásica.

El Neoclasicismo ha sido un estilo arquitectónico poco estimado y comprendido. Evidencia la seducción del hombre por el pasado, supuso revivir las formas clásicas, un  retorno a las joyas de la antigüedad después del barroco recargado.
En el siglo XVIII se dan grandes transformaciones, es denominada la “edad de la razón”, el amor al hombre, la solidaridad, el respeto y la confianza (valores opuestos al barroco). Se desarrolla la Ilustración, la revisión de la experiencia para la concepción de una nueva sociedad con la necesaria revolución política. Se produce en primer lugar en Inglaterra, de allí pasó a Francia y  de ésta llega a España. Se habla de la época clásica y se toman de ella los valores de belleza y utilidad. Los descubrimientos arqueológicos de Herculano en 1738 y Pompeya en 1748 entre otros, permiten apreciar las bondades de aquella cultura frente a la actual. Tratados como el de Vitruvio colaboran profundamente en retomar aquellas formas y proporciones que permitieron levantar los grandes y majestuosos edificios clásicos.
También supone este estilo una actitud frente al barroco y sus abusos decorativos.
El papado combate el protestantismo desde que en 1517 Martín Lutero criticó la ostentación de la Iglesia y el Concilio de Trento provoca el cambio que potencia el culto y la proliferación de imágenes.
Con el Neoclasicismo la clase media ilustrada tiene nuevas pautas morales. Defienden la disciplina, el valor de la norma y la austeridad del arte antiguo. Así los acontecimientos y la nueva forma de pensar forman parte del movimiento artístico.
Es el  último estilo universal, con su decadencia a finales del siglo XIX es Napoleón quien da paso al Romanticismo.
Se trata de una arquitectura que pretende ser lógica, los órdenes, los elementos constructivos, la supresión de ornato y la funcionalidad. Se impone el gusto desde la Academia de Bellas Artes de San Fernando, fundada en 1752 a raíz de la remodelación del Palacio Real de Madrid. La rivalidad entre nobles y la ostentación en sus edificios había sido la dominante, con derroches que obligaban a aumentar las recaudaciones y  provocaban en las clases humildes grandes penurias.
Se dejan de levantar suntuosos y abigarrados palacios para iniciar programas de edificios públicos, hospitales, orfanatos, canales, puentes…, grandes construcciones necesarias para la sociedad que sale de momentos de profunda crisis.


¿Todo este preámbulo para qué? Para intentar situarnos en el escenario en el que se levantó la iglesia de Sanzoles. Un pueblo que necesitaba un templo de mayores dimensiones, sólido,  sin alardes decorativos de tiempos pasados utilizando sencillos relieves y remates acompañados de ligeras molduras funcionales.  Orden u proporción inspiradas en el clasicismo por solidez y estabilidad, toda ella de piedra arenisca local y de una sola traza.

                                        

Fotos del autor.