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martes, 16 de septiembre de 2014

CULTURA Y RECONOCIMIENTO.



HABLANDO DEL ZANGARRÓN.
Aunque ya se ha escrito mucho, creo que procede recordar el interés que algunas instituciones han tenido sobre esta tradición de Sanzoles y que ha sido reflejada en publicaciones que no descubrirán nada a los vecinos y allegados de la localidad pero han ayudado y ayudan a su mejor conocimiento y respeto. En particular quiero referirme a la revista NARRIA. Publicación que desde 1975 trata sobre las tradiciones populares.
Narria, redactada desde el Museo de Artes y Costumbres Populares de la Universidad Autónoma de Madrid da voz a los investigadores de su universidad y a estudiosos locales, ordenando en cada número los de una provincia.

En el número veinte se trató sobre Zamora, y con solo nueve puntos a reseñar sobre este ámbito, uno de ellos  fue “La fiesta del Zangarrón en Sanzoles del Vino”, destacando sobre otras muchas costumbres y festividades importantes, que las hay, en la provincia.
Narria trata sobre las artes, artesanía, costumbres populares, arquitectura tradicional y popular, aspectos sobre los que se escribe en este blog.
En esta revista se ha trabajado sobre 48 provincias diferentes, no sobre todas las existentes. Han intervenido tanto investigadores del propio museo como otros externos, interesados cada vez en mayor número. Con una tirada de 2000 ejemplares es la revista especializada más importante de cultura popular de las editadas con ámbito nacional, con carácter semestral.
Ha sido estudiada y es fuente importante para los investigadores del  CSIC como lo demuestra su inclusión en rdtp.revistas.csic.es  dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
María Luisa González Pena , investigadora especialista que ha estudiado muchos temas relacionados con la tradición y las costumbres fue quien recogió la tradición, creo que en el año 1979, por los danzantes que aparecen en las fotografías publicadas en blanco y negro, como toda la revista en su momento. Las imágenes tomadas reflejan con claridad la fiesta intuida  por la autora que creo que merece su lectura.
Para no alterar el artículo completo lo adjunto como fotografías. También he extraído las fotografías por si alguno se reconoce y quiere tenerlas.

                                                                  
Agradecimiento a las bases de datos de la universidad AUM que facilita el acceso.

jueves, 7 de agosto de 2014

ALGO DE HISTORIA DE SANZOLES.

Cristo de Sanzoles s.XV.

DE PROPIEDAD ECLESIÁSTICA A PRIVADA.
El periodo comprendido entre los siglos XVI y XIX es el más conocido por encontrarse documentado. Durante este tiempo son muchas las  vicisitudes recogidas en textos antiguos.
Las guerras y abundantes campañas militares de Felipe II provocan la necesaria venta de Sanzoles: “Banqueros y asentistas, solicitantes de las villas del obispo y cabildo como aceedores del estado”.
El 6 de abril de 1574 se dicta un breve por el que el papa Gregorio XIII autoriza la venta de las villas. El motivo fue la quiebra y bancarrota de 1575 de Felipe II que ya tuvo otra quiebra en 1557.  En el inicio de su reinado tenía una deuda reconocida de siete millones de ducados. Los acreedores fundamentales eran los banqueros genoveses que se lo habían prestado para sofocar la rebelión en los Países Bajos. El papa autorizó la venta.
El genovés Baltasar Cattanes pide Venialbo, Villamor de los Escuderos y Mayalde, las tres localidades del obispo.
Nicolás Grimaldi (príncipe de Salerno) Fuentesauco.
Pedro de Isunza, hombre de negocios castellano solicita las dos villas del cabildo, Bamba y Sanzoles.
Fernando de Frías Ceballos, de Medina del Campo, regidor, solicita Fresno de la Ribera que había sido del obispo de Zamora.
Los compradores ceden los municipios y no ejercen de señores de vasallos. Venialbo, Mayalde y Villamor de los Escuderos a doña Ana de Velasco y sus hijos Juan y José García Alvarado.
Fuentesauco, solicitada por Grimaldi a García Alvarado. De Pedro de Isunza, Sanzoles se cede a Francisco de Villalpando, contador del Rey. Bamba a Juan de Granada.

Los municipios tenían la posibilidad de dejar de ser vasallos si en un plazo de cuatro meses se comprometían sus vecinos a tomar el censo. Tomar el censo consistía en el compromiso de pagar anualmente una suma respondiendo con los bienes hipotecados. Esto servía para alcanzar la libertad y servir como aval para otras compras. También recurren a este censo los compradores de los señoríos.
La villa de Sanzoles suscribe censo a favor de doña Francisca Velázquez viuda de José Zamora. El censo suscrito por lavilla de Sanzoles se hace al dieciocho por ciento. Las hipotecas continuas produjeron en los años finales del reinado de Felipe II que se hiciera difícil soportar por los lugares pobres y cargados.
La ruina de los pobladores empeñados en pagar tributos provocó en Sanzoles el éxodo. Pasó de una poblacín de 90 a 40 vecinos en los primeros años del siglo XVII, menos de la mitad.
Más endeudados por la compra de censos, se da una despoblación y falta de cultivo, llegando a la picaresca.
El deán y cabildo de la iglesia de Zamora, antiguos señores de la villa de Sanzoles solicitaba de nuevo la misma comprometiéndose a quitar y redimir los censos que eran de 2800 ducados de principal y cuyos réditos debían al pie de 2000 reales, otorgado por Felipe II en 1607.
Solo Venialbo, entre las villas que suscribieron censo, superaron el endeudamiento. En 1593 Felipe II hizo cesión a Venialbo y su Concejo de su jurisdicción.
En 1617 Bamba vuelve al dean y cabildo de la catedral de Zamora. Sanzoles pasa a Señorío del cabildo (los  Señoríos son dependientes de los Mayorazgos. El Mayorazgo es un bien que era donado por los reyes), los señoríos se procuraban vincular a otros mayorazgos fundados con anterioridad.  El señorío aportaba al mayorazgo las rentas procedentes del mismo (señoríos comprados en el s. XVI), las rentas jurisdiccionales y toda esa otra riqueza derivada del aprovechamiento que al señor del término le correspondía tanto en los productos de la tierra (valoración de herbajes, de pastos, de madera, leña y demás) como en lo que hacía referencia a explotación y productos de las aguas que lindaran o cruzaran el dominio del señor. Se concentraban y llegaban a fundir varios mayorazgos.
Un país donde mantenía el dominio de una oligarquía señorial sobre el campo donde perduraba un régimen económico feudal, no podrá tener una agricultura más avanzada…
La España dominada por una oligarquía feudal es, necesariamente, la España de los inmensos yermos.
Venialbo había pasado a realengo (opuesto a señoría, dependiente directamente del rey). La villa de Sanzoles y Bamba se incorporaron de nuevo al señorío de la iglesia en 1607 y 1617 respectivamente. La dehesa de Valdemimbre pertenece a la orden militar de San Juan de Jerusalén, y en aquel momento es definida como una tierra inculta, sin roturar, con tierra yerma. El obispo declaró: “jamás se ha permitido que se rocen los suelos par siembra”, por lo que el aprovechamiento que consigue es solo el de pasto o bellota.
La dehesa de Valdemimbre disponía de 2044 fanegas o 511 cargas, en el siglo XVII una carga equivalía a 4 fanegas y una fanega a 33 áreas y 34 centiáreas, como en la actualidad.
Sanzoles se reparte en 285 cargas para los seglares y 585 para los eclesiásticos, en el siglo XVIII el 90% de la villa de Sanzoles es del cabildo quienes a la vez son patronos y dueños territoriales.
El 19 de septiembre de 1798 se dictaban por Carlos IV las primeras medidas tendentes a la desamortización de algunos bienes eclesiásticos por las deudas de la hacienda Real con las guerras mantenidas con Inglaterra y Francia. En 1821 las cortes de Cádiz aprueban la abolición de los señoríos jurisdiccionales y despojó a los monjes y corporaciones.
El 19 de mayo de 1836 se aprueba la extinción de los señoríos eclesiásticos. La abolición de los señoríos alcanzaba fuerza de ley en el decreto napoleónico de 4 de diciembre de 1808. Con las Cortes de Cádiz de 6 de agosto de 1811 adquieren la condición de tierra libre de propiedad privada particular. El artículo primero del decreto incorpora a la nación a todos los señoríos jurisdiccionales de cualquier clase y condición.
En 1845 en Sanzoles se reparten lotes y se concentran en un número reducido. Hasta el año 1845 solo se había desamortizado 1300 fanegas, no la totalidad. Salen 39 lotes a la venta, división que, no obstante desbaratarán las formas de compra al hacerse los adquirientes con varias partes o suertes sacadas independientemente a subasta. La superficie de las parcelas oscila entre las 7 y 73 fanegas. Los 19 compradores que se hacen con ese total fluctúan en su compra entre un lote hasta llegar a 11 en uno de los casos, adquirido por una compañía que encabeza Andrea Salvador. En la relación de débitos de renta y foros se hace referencia a la renta que debía el Ayuntamiento de Sanzoles por el foro de las Contiendas. Figuraba como propietario también del cabildo en el siglo XVIII pero serán los foros (renta de pago aplazado) de mosto y tinto sobre viñas los que adquieren importancia por su número en el término.
La desamortización general de Madoz se dictaba por ley el 1 de mayo de 1855 y en ella se iban a incluir también vinculados a los Concejos (reuniones o grupos de decisión).
FUENTES:
MORENO SEBASTIÁN, Atilano: De conflictos jurídicos en la abolición de los señóríos de la grandeza de Zamora. Prestaciones subsitentes hasta la reforma agraria de la II República.
MORENO SEBASTIÁN, Atilano: Los señoríos de la Iglesia en la tierra de Zamora siglos XVI al XIX. Los procesos desamortizadores de la riqueza señorial.

Fotos: Publicadas en la obra sobre el inventario del Obispado de Zamora.

martes, 1 de julio de 2014

EL BARRO, TAPIAL Y ADOBE. OTRA FORMA DE CONSTRUIR.


BARRO, TAPIAL Y ADOBE, OTRA FORMA DE CONSTRUIR.
En el paisaje de muchos pueblos de Castilla todavía hoy podemos descubrir las paredes de tierra que se levantan delimitando corrales, lagares, palomares, pajares, casas y otras edificaciones.
Este material es empleado de tres modos distintos en esta zona y en particular en Sanzoles.
Los tapiales, paramentos de tierra amasada con tierra, arcilla y arena, incluso cantos rodados,  convenientemente compactada en el interior de un encofrado de madera.
Con unas dimensiones aproximadas 2,50m de largo y 80cm de altura, las puertas (denominadas así por su forma y aspecto) los costales, en número de tres por cada puerta (situados a los costados del muro), las agujas, piezas que atraviesan el muro arriostrando una puerta con la otra manteniendo el grueso establecido, con diferentes tamaños ojales o muescas para poder variar el espesor de la pared, en función de su destino, estrechándola a medida que subimos de altura o planta. Se denominaban así probablemente por su efecto de coser los tableros al muro y su forma al exterior de cabeza de aguja metálica. Por último el tórtolo o torniquete, situado en la parte alta de los costales, cuerda trenzada en forma de lazo que une las dos cabezas de los costales y se aprieta mediante una pieza de madera que retorcida en el centro aproxima  las puertas lo necesario por mediación de los costales,  para que permanezcan verticales y equidistantes. El elemento de madera del torniquete se atraviesa y se sujeta a los lados para evitar que se afloje.  Las tres agujas inferiores sirven para el apoyo de las puertas y aseguran los costales.
En la parte superior se colocan otras tres que hacen de separadores para evitar que el encofrado se cierren hasta que esté lleno y seco, y servirán para el apoyo de las puertas en el siguiente nivel.  Cada tapial se coloca contrapeado matando la junta de los dos inferiores, configurando grandes bloques de barro trabados. Las esquinas casi siempre son de piedra, ladrillo o adobes, en raras ocasiones de tapial, por la difucultad que entrañan.


El arranque del muro se debe hacer sobre un zócalo de piedra. Además de una pequeña caja en el terreno para empotrar y asegurar algunas piedras jarreñas, se levanta, con el espesor del futuro muro de barro, un zócalo de 50 a 80cm de piedra en mampuestos bien trabada y acuñada con querencia hacia el interior de la edificación. Sobre este murete se coloca los primeros encofrados.
El barro muy amasado con agua hasta conseguir una consistencia uniforme y dócil, se vierte en tongadas de entre 15 y 30cm bien extendido, evitando cualquier defecto de relleno, además se compacta con el pisón para conseguir una masa homogénea y de aspecto uniforme, lo que le confiere resistencia y mayor durabilidad. Los pisones eran con forma afilada o de cuña, para hacer penetrar el barro en las zonas inferiores, y cilíndricos o troncocónicos para compactar una capa regular, todos con un mango de 120 a 150cm que permite levantarlo y dejarlo caer con precisión al operario desde la posición erguida.

Amayuelas de Abajo. Palencia. Encofrado actual para el tapial.

Cuando el encofrado se elimina a los pocos días, se sacan las agujas inferiores para poderlas reutilizar en la siguiente tramada. Las colocadas de separadores en la parte supuerior ahora serán las inferiores de nuevo nivel. Los huecos producidos se emplean para apoyar los andamios de palos sobre los que trabajan los operarios y finalmente, antes de aplicar el acabado de la pared, se tapan. 


Tapia en Sanzoles.

El acabado superior de todo tapial siempre tiene que ser impermeable, garantizando que el agua de lluvia no pueda alcanzar la tapia terminada, la reblandezca y desmorone.
En el paramento, además de revestido de barro, también se empleaba en mortero de cal y arena, em ambos casos, cuando existen oquedades fuertes se colocan tejones, fragmentos de teja o incluso ladrillo para reducir el espesor del mortero o barro que si supera los dos centímetros se resquebraja y despega del soporte al poco tiempo.


Pared de lagar con zócalo de mampuesto, esquinas bajas de sillería y altas de ladrillo y muro de tapial.
En Sanzoles, y otras localidades próximas se remataban las edificaciones con una cubierta volada sobre las paredes, y en las tapias con la albarda. De ésta procede el término utilizado muy comúnmente hoy de albardilla. La albarda se realizaba, en zona de viñas, con varas de vides que duplicaban el ancho de la pared (si la pared era de 40cm, las varas de 80cm) volando hacia ambos lados. Sobre estas vides ligeramente curvadas hacia abajo se formaba un lomo de perro o remate curvado con barro fuerte y piedra que impedía que la albarda se moviera.


Quedan todavía algunas calles en las que todas sus paredes son de barro presentando una riqueza de texturas que integra los edificios con el color terroso, esta tapia ha perdido su albarda y se deshace.
Ésta permitía que el agua de lluvia escurriera por las varas hacia el exterior y cayera al suelo lejos del muro, manteniendo la pared lo más seca posible. La zona baja, más salpicada resistía gracias a su construcción de piedra.
La albarda también la he visto construida con ramas de encina, al tratarse de leña, los inviernos pudrían las varas y con pequeños roces o por las inclemencias las albardas se demolían. Los varizos de encina son más longevos.  Era necesario recomponerlas en la primavera, de lo contrario empezaba a deshacerse el tapial.  La teja, configurando un tejadillo, generalmente a dos aguas también evita el deterioro, por los mismos motivos requere reparación, en la foto vemos una zona en buen estado que cumple su función y otra deteriorada que ha dejado de resguardar el muro.    Algunas tapias se dejaban con la huella del encofrado vista pero la mayoría se revestían con un enlucido de barro al tapar los huecos de las agujas, denominado trullado, embadurnado de barro con paja aplicado con paleta para conferir una textura uniforme de color y textura, muy agradable a la vista que revestía incluso el zócalo de mampuestos unificando el conjunto.
Pared de un pie de espesor de adobes revocada.
En las construcciones más cuidadas el tapial se marcaba con berdugadas de ladrillo, hiladas de uno a tres ladrillos.


 Los adobes, piezas prismáticas a modo de ladrillos de tierra cruda a los que se añadía paja trillada para darle mayor resistencia. Se realizaban con un molde de pequeño tamaño denominado gradilla o mecal. En Sanzoles el  término más empleado era gradilla. En casi todas las casas, en los desvanes existía un molde para realizar adobes. A pesar del interés de algunos estudiosos por unificar su tamaño, podemos ver diferentes formatos. Si el tamaño del adobe es mayor se aguanta más a levantar las paredes pero su peso es muy superior y un adobe debe ser manipulado con una sola mano para dejar la otra libre para extender el barro.

Gradilla de forja para dos adobes , la mayor parte de ellas eran de madera.

Si es muy pequeño es más débil, en la manipulación desde la recogida seco en la era, hasta su colocación recibe multitud de golpes y puede romperse. Se recogía barro de un terreno arcilloso o del “barrero” que existía en casi todos los pueblos, también en Sanzoles. Se amasaba bien y mucho el barro para conseguir una pasta uniforme en su conjunto, se vertía en la era sobre la gradilla, se apretaba a mano llenando bien el molde, se enrasaba y se retiraba, untado con arena para evitar que el barro se pegue.  La elaboración de adobes era un trabajo muy común que requería mucha mano de obra todos los años.

Pared de adobes y apoyo de viga de carga con su remate de cubierta en ladrillo.
Los adobes se empleaban preferentemente para completar los tapiales, recrecidos de paredes, reformas y reparaciones, estos trabajos siempre eran necesarios para el mantenimiento y la adaptación a las necesidades del campo. Incluso se construían cochiqueras de tapial. El cemento no se empezó a utilizar en esta comarca hasta bien entrados los años 50.
Los adobes se asentaban con barro y se repellaban con el mismo material unificando el acabado y aspecto con los tapiales.  Sobre estos revestimientos se aplicaba también encalados. El encalado añadía una mayor protección contra el agua a los muros. Las paredes de gran altura no estaban suficientemente protegidas con los aleros o las albardas y en las zonas bajas se mojaban y reblandecían desmoronándose. En las reparaciones era muy común, además de tapar con barro los desconchones o descarnados, encalar la pared para impermeabilizarla. Este trabajo también requería mantenimiento.
Haciendo adobes en Amayuelas. Palencia.
He visto hacer adobes pero nunca pude ver levantar un tapial en Sanzoles.  Se trata de una técnica de construcción milenaria, existe tapial y adobes desde los países más alejados de África hasta los situados al norte de Europa.
Ilustración antigua de la India donde vemos los útiles y el sistema semejante al actual.
Material disponible, de distintas características pero accesible y reutilizable. Muy ecológico. La energía necesaria para su manipulación y puesta en obra es la que aporta la mano del hombre. Las paredes de barro acumulan el calor durante los días cálidos del verano y lo desprenden con la frescura de la noche actuando de regulador de temperatura de forma efectiva. En invierno aporta calor a las casas habitadas en los días más crudos.
Los revocos de barro.  Protegen los muros de tapial o adobe, le dan uniformidad en textura y color.

Pared de tapial, revocada de barro en buen estado gracias al alero.

Junto con la piedra arenisca, ya tratada, el barro con sus variantes, supone el material más empleado en la construcción popular y en particular en Sanzoles, su comarca y otras limítrofes como la Tierra de Campos y gran parte de Castilla y León. 

Pared de tapial revestida de barro reparada recientemente con mortero de cemento.

 Aporto unas muestras que se mantienen a pesar de su abandono. Hasta hace pocos años algunos ancianos reparaban puntualmente sus casas haciendo un poco de barro.  Sin mantenimiento sorprende como aguantan el paso de los años. Muchos muros son centenarios pero mientras se mantengan a plomo y cubiertos perdurarán más que nosotros.

Esquina redondeada para proteger el muro facilitando las maniobras en calles estrechas.

Cuando tras un invierno húmedo vemos alguna pared inclinarse por haberse reblandecido su base podemos predecir que son pocos ya los que le quedan para volver a ser tierra. Por cierto estos escombros en un pueblo no requieren “gestión de residuos”, dicen los viejos que esta tierra que ha permanecido infértil muchos años es la mejor para  añadir  a los huertos.
El interior de las viviendas también se revocaba con barro y se encalaba de suelo a techo. Vemos el interior de una vivienda derribada y las paredes revestidas.

Los pocos muros que permanecen en pié le aportan el color de siempre estos pueblos, integrándo las edificaciones con la tierra, suavizando las aristas, redondeando los volúmenes que envuelve, colaborando con el paisaje.

Para no hacer más extensa la entrada, a los interesados les recomiendo la lectura de " ARTE DE ALBAÑILERÍA" O INSTRUCCIONES PARA LOS JÓVENES QUE SE DEDIQUE A ÉL" de Juan de Villanueva.  Con láminas muy ilustrativas.
Fotos propias y de Amayuelas.

martes, 4 de marzo de 2014

EL SARCÓFAGO DE LA DEHESA DE VALDEMIMBRE (SANZOLES).


Situado en Valdemimbre sobre la Tronera, camino de Gema.


La Via de la plata o calzada romana discurría por el término de Sanzoles. Si aceptamos los estudios publicados por Isaac Moreno Gallo, experto en localización e identificación de calzadas romanas, y desde el asentamiento denominado Santa Coloma o Colomba en Fuentespreadas,  hasta el  Alba en Villalazán, a unos 30 km de distancia (no 20 km como aparece en la publicación de las vías romanas), resulta una distancia muy importante para recorrer en una sola jornada con carretas. Quizás la dehesa de Valdeminbre, situada aproximadamente a  16km de Villalazán y 14 de Fuentespreadas (Sibaria), podría ser un lugar idóneo para la ubicación de un asentamiento poblado y zona de descanso.  El trazado dibujado por este estudio parece muy congruente y vendría a explicar la existencia de enterramientos de la época romana o tardorromana en estos pagos.  La ruta entre Salmántica y Ocellum Durii (asociado a Zamora) pudo discurrir por este término. Ocellum Durii fue identificado como un poblado Vetton por el historiador Estrabón en sus escritos de geografía.

Sarcófago con la tapa en el suelo.

Una prueba de esta presencia pueden ser los sarcófagos encontrados en Valdemimbre, uno de ellos colocado en la Tronera en el que podemos apreciar el fino trabajo de talla y la calidad técnica alcanzada que hace dudar de tal antigüedad . Sin datar pero con piezas semejantes a las halladas en Alba (Villalazán).  Realizado en granito dorado de Sayago, piedra blanda de fácil labra que no existe en el término, y supone que estos sarcófagos pesados eran tallados a más de 3 jornadas de Sanzoles (40km) y trasladados en carretas hasta esta necrópolis. La tapa, en el suelo, tiene la superficie superior tejada a dos aguas, ligeramente mayor que la caja para verter las aguas al suelo, lo que le da una calidad admirable de proporciones y formas.
Aunque fue extraído de la necrópilis entero con su correspondiente tapadera de una pieza, (creo recordar en 1978) el tiempo y algún desaprensivo han provocado su deterioro.
Es un sarcófago de piedra, monolítico, escuadrado al interior incluso en el fondo de su vaciado. En esta foto se puede ver que se ha dejado una zona de apoyo para la cabeza. De estructura esbelta , las paredes no llegan en ningún punto a los 10cm de espesor lo que permite su mayor ligereza y espacio al interior sin sobredimensionar el conjunto.  

Sin llegar a se antropomórfica, la anchura en la zona de la cabeza es mayor que en los pies en sus dimensiones en planta, y en alzada la caja tiene menor tamaño en la parte más próxima al suelo. Estas inclinaciones o caídas, además de aligerar el peso total, le aportan al aspecto general de la caja una modificación de la perspectiva. La convergencia hacia abajo produce la impresión visual de que la caja es de mayor altura y porte, y el mayor ancho en cabeza y hombros acorta visualmente su longitud cuando la observamos desde los pies. La cara exterior del fondo está sin refinar.

En cuanto a su labra, la piedra elegida permite este tipo de vaciados, la arenisca disponible en la localidad y su entorno es muy frágil para estos trabajos. Si observamos con detenimiento la pieza, en el exterior se puede percibir los golpes de pica, menudos, sobre todo en los pies, todos en una dirección, las herramientas eran finas y de talla, más delicadas que las empleadas para la extracción o saca. En el interior el acabado está mucho más perfilado, no se descubren golpes bruscos de herramientas. No tiene decoración ni inscripción de ningún tipo pero su tamaño, material y monolitismo, teniendo en cuenta su uso, impone respeto y admiración.

Foto de "La Opinión de Zamora"
Sarcófagos de Alba,  Villalazán, muy semejantes al de Sanzoles.


Plano con el trazado por Valdemimbre de la vía romana. En rojo el tramo desaparecido. En la parte superior derecha están ubicadas las casas de Valdemimbre.


Sarcófago de Bretón de la Rivera, muy semejante con talla de inferior calidad al de Sanzoles. En esta localidad predomina la influencia del románico por su dependencia del Monasterio de Moreruela ( foto de la web).


Villa romana de Arroyo (Avila) Necrópolis muy semejante a la de Valdemimbre, enterramiento similar. La caja situada en el centro de la imagen presenta las mismas deformaciones geométricas que la de Sanzoles
(Foto de la web).

Existen ejemplos en todo el territorio del antiguo imperio romano, incluso en Inglaterra, pervive este modelo durante siglos.
Es muy aconsejable visitar el sarcófago para observarlo e intentar enteder a aquellos habitantes de estas tierras que dedicaron su saber hacer y esfuerzo a estas tareas y nos dejaron estas muestras para la posteridad. 

Sarcófago del siglo IV de Londres (Inglaterra).
Aliscamps. Arlés (Francia) .Fotos de la red.

Con estos ejemplos podemos apreciar el interés y la calidad de este sarcófago de Sanzoles y de otros muchos que exiten.
No se facilita el lugar de donde fue extraído para evitar el mal uso que algunos suelen hacer de este tipo de hallazgos. 
Si te ha gustado el tema y te interes saber más, es aconsejable que visites el Blog del investigador Isaac Moreno Gallo.
http://www.traianvs.net/viasromanas/index.php  Mirar en particular el tramo Salamanca-Villalazán.

jueves, 16 de enero de 2014

FORJA TRADICIONAL




FORJA EN SANZOLES.

La forja fue uno de los oficios más importantes  y requeridos en el trabajo rutinario popular. La  necesidad de elementos realizados con hierro, rejas, picos, punteros, otras herramientas manuales, hasta utensilios de cocina, ejecutados con  interés y dedicación dejando muestras que deberíamos conservar como buenos ejemplos de nuestra cultura.
Un elemento fabricado por los herreros locales, que sirve para aportar seguridad y mejora el aspecto de los austeros muros son las rejas de correcta factura que podemos ver en estas calles.
 
La reja que  más destaca en la localidad es la existente en la gran casa ubicada en la calle de la Presa,  junto a la iglesia. Se trata de dos piezas iguales robustas y de gran porte, realizadas con gruesos perfiles y diseño inspirado en los bordados tradicionales populares, flores, tallos y zarcillos que se despliegan ondulantes de abajo a arriba rematando en un ramillete a modo de copete. Aunque de ejecución tosca y rústica es singular y original como pocas.




Muestras abundantes del "saber hacer" y la creatividad de aquellos herreros.

El balcón que llama la atención entre todos es el situado en la plaza. Elaborado y hermoso, recordando las formas góticas parece hacer referencia a una vivienda en su contrucción relacionada con la iglesia.

Más común, la reja que más se repite en nuestras calles es sencilla, compuesta por cuadradillo, colocado en posición oblicua, con barra central y pasantes, acabada  en pletinas y remachado, con remate superior realizado con eses y dos ces opuestas que soportan una lanza. De figuras con extremos aplanadas configurando bolas, curvas gráciles sencillas pero con un efecto plástico apreciable. Remachadas y trabajadas al rojo, a la calda, sin soldadura, demuestran sobre sus superficies cada golpe en su color natural.

Son más empleados aún los barrotes de sección circular, tanto en las barras verticales como en las horizontales  perforadas que arman la defensa, rematadas en la parte superior en muchas ocasiones con arco rebajado y en la inferior con pequeño antepecho cerrado con eses, ces, moños y borlas que sirven de defensa contra el escaldo y apoyo de maceteros y flores durante el verano.






Balcones con barrotes más modernos, empleando macollas y anillos, con zócalo también decorado en diseños rizados y llenos de hierro, otros con referencias modernistas.
Algunos más sencillos y originales.


Rejas más elaboradas y ostentosas que superan la función protectora.
También encontramos buenos ejempos de este legendario oficio en pequeñas rejillas de puertas, ganchos, bocallaves, tiradores, herramientas...

Sobre recercados de piedra destacan las rejas escasas pero finamente decoradas.





Reja conservada en perfecto estado bien proporcionada y armoniosa con las pequeñas borlas en la barra inferior que además de embellecerla dificulta su escalado, sistema muy utilizado en el pueblo.

Llamador , bocallave, tirador y clavos de gran factura, uno de los mejores ejemplos de la buena herrería que ha existido en el pueblo.

Un clavo muy empleado en las puertas de estilo castellano de la localidad es el que vemos en este cuidado ejemplo. Clavo con placa rómbica que refuerza las hojas tanto visual como mecánicamente al apoyarse sobre una superficie mayor de la tabla protegiendo el paso del clavo y un posible punto de entrada de agua y pudrición. También le aporta un aspecto de mayor robustez y defensa. Estos clavos de punta de diamante atraviesan la tabla, el travesaño y están remachados por la cara interio, forjados a cuatro caras.



Son solo una pequeña muestra de los trabajos elaborados para la arquitectura tradicional de este pueblo que se difunde por la comarca.    Hay muchos más elementos de buena forja.

Campanario con veleta en forja. Fechado en la fundición de la campana en 1913, ha cumplido 100 años. Corresponde a la Dehesa de Valdemimbre.

Gachos empleados para sacar las erradas del fondo de los muchos pozos que se utilizaban en el pueblo, las llaves y cerraduras de grandes dimensiones siguen funcionando.

Una mecal, gradilla o molde empleado para fabricar adobes o ladrillos de forja, las más tradicionales eran de madera.
Muchos de estos trabajos son difícilmente repetibles. La huella de cada martillazo de los herreros que modelaban el acero en un rojo cereza, hasta los años 60 se conocían tres herrerías en Sanzoles.

Para apreciar la calidad de estos y otros ejemplos es recomendable observarlos con detenimiento y al natural.   

Saludos.

NOTA: No se identifica la ubicación de estos ejemplos intencionadamente, los forasteros pueden apreciarlo y los locales deberían descubrirlos. Ánimo.