Translate - Traductor

jueves, 5 de diciembre de 2013

LA OBRA DE FERNANDO GALLEGO, ARTE CERCA DE SANZOLES.





 LAS TABLAS DE ARCENILLAS.


A 11 km y 13 minutos de Sanzoles está la localidad de Arcenillas, reconocible desde la lejanía por la chimenea de la fábrica de ladrillo que existía al en la falda del cerro sobre el que se ubica, en perfecto estado de conservación es una muestra del patrimonio industrial que a los jóvenes de hoy les parecerá extraño pero que existía en esta tierras.

En Arcenillas se encuentran las 11 tablas y tres reproducciones fotográficas del retablo pintado por Fernando Gallego allá por el 1490 para el altar mayor de la Catedral de Zamora, ahí es nada.

Había contratado en 1486 en la Catedral Vieja de Plasencia seis retablos, también trabajó en la Catedral de Coria y en la de Ciudad Rodrigo entre 1480 y 1488 con el Maestro Bartolomé uno de los mayores retablos de tablas del gótico en España. La Piedad del Museo del Prado, el retablo de la Virgen de la Rosa de Salamanca y el altar del Cardenal Juan de Mena de Zamora. Una Resurrección descubierta recientemente en Campo de Peñaranda. La Resurrección de Trujillo o la Piedad del Museo del Prado. Estas tablas, pintadas por uno de los más reconocidos pintores Castellanoleoneses del momento, cuando Castilla era ya una potencia en el mundo, casualmente salmantino (atribuido, aunque por su apellido de origen gallego), por su calidad y conservación merecerían poder ocupar una galería del Museo del Prado, en el que se exhiben pinturas de menor interés incluso de este mismo autor (la Piedad).

Su técnica se asemeja a la de los pintores flamencos en la calidad y preparación del soporte, pigmentos y colorido, calidad y detalle en los ropajes angulosos y quebrados, con meticulosidad en el empleo de elementos simbólicos, además de sus rostros de intensa expresividad y composición de las escenas con gran calidad en su dibujo, menos intenso su colorido aunque importante, su forma de hacer refleja de una manera personal durante el siglo XV los mejores momentos de la pintura flamenca, si bien aún no se ha podido demostrar su estancia en los países bajos su modelo es claro.

La historia del conjunto de tablas, así como del retablo original y la merma de su número fue suficiente y bien contado en la Opinión de Zamora:


Y el más reciente recordando que hace 20 años del robo:


Los datos más interesantes sobre la historia de la iglesia, sus pinturas, el Cristo y algunas otras obras se puede ver en:


En ocasiones viajamos más allá de los mares para ver y disfrutar del arte y pasa desapercibido y desconocemos aquél que está a menos de un cuarto de hora de Sanzoles o de Zamora.


                                

En Salamanca se conserva, también perdida buena parte del conjunto, la Sala del Cielo de Salamanca, con zodíaco pintada por Fernando Gallego, solo superada un siglo más tarde por el cielo pintado por Tibaldi en el Monasterio de el Escorial, cielo que permitía de forma gráfica y preciosista explicar la astrología a los estudiantes de la Universidad.
El traslado de la porción pintura conservada descubierta ya en el siglo XX desde el antiguo techo de la biblioteca, ahora capilla universitaria, a su ubicación actual en el Patio de Escuelas Menores, supuso también el robo de las sinopias de algunas de las pinturas que finalmente aparecieron a la venta siendo reconocidas y denunciado su robo, recuperadas y devueltas a la universidad donde se exponen.

                                           

Esperemos que los poseedores de las tablas desaparecidas ahora hace 20años en Arcenillas sean conscientes de que obras tan singulares e identificables no pueden permanecer ocultas eternamente y sus poseedores, espectadores o compradores, si no lo denuncian, serán colaboradores y cómplices del expolio que padecen muchos monumentos y obras de arte en Castilla y León, impidiendo el placer de poder ver obras como estas tablas de calidad admirable muy cerca de Sanzoles e imperdonable su visita para aquellos que disfrutan con el arte.
                                               Cristo gótico de Arcenillas.

Torre espadaña de estructura y estilo muy semejante a la de Sanzoles.

martes, 22 de octubre de 2013

EL SANTO QUE NOS DA NOMBRE.


A SAN ZOILO.
A este santo mártir cordobés bajo el mandato de Diocleciano en el siglo IV, se han levantado además de la iglesia parroquial de Sanzoles, al menos  otros dos edificios singulares muy recomendables para su visita como se puede ver en las fotografías.






El primero, la Ermita de San Zoilo, situada en Caseda, cerca de Sangüesa,  Navarra, junto al río Aragón y entre los monasterios de Leire y La Oliva. Levantada por los reyes de Navarra en la Cañada Real del Roncal a mediados del siglo XIV en el estilo de la época Gótico de gran calidad como se puede observar en las fotografías. Junto a la ermita se conservan, posada y cuadras, protegidas con fuerte puerta y bajo la ermita pasa el arroyo.  Su mayor singularidad es la cubierta de lajas de piedra.
Con arenisca de gran finura, a pesar del maltrato que han sufrido algunas figuras, se puede apreciar una excelente talla y figuración.


El segundo edificio a destacar es el Real Monasterio de San Zoilo, situado en Carrión de los Condes, Palencia.  Existe desde mediados del siglo XI, levantado en estilo románico, de esta época se conserva una portada con capiteles de excelente calidad, de simbología medieval, representando el mal y el bien, la condena y la salvación, el pecado y la virtud.






El monasterio fue benedictino desde mediados del siglo XI, patrocinado por los Condes de Carrión que allí descansan, entró en la corriente de Cluny en 1076. Con la desamortización, en 1835 los monjes lo abandonan pasando a ser habitado por los Jesuitas hasta 1965, pasando a ser seminario. Actualmente parte está ocupada por un hotel.
El admirable claustro renacentista, proyectado por Juan de Badajoz y levantado entre 1537 y 1604 en un exquisito estilo renacentista, en piedra arenisca muy similar a la de Salamanca. En sus bóvedas, arranques y claves repleto de tallas figuran 269 bustos y abundantes jarrones y ángeles.  Las fotografías son del autor y  los datos históricos tomados de la información pública disponible en ambos edificios.  


martes, 24 de septiembre de 2013

EL CARRO DE SANZOLES.


EL ÚLTIMO CARRO DE SANZOLES.



  Vehículo fundamental hasta los años 80 con la aparición de los tractores y la desaparición progresiva del ganado de tiro. En Sanzoles, como en muchos pueblos de Zamora, los carros eran abundantes e importantes en la economía agrícola. Servían para el acarreo de las cosechas y el transporte de mercancías e incluso personas.
Eran muchos los carros en el pueblo, podemos ver en las fotos antiguas como las plazas de toros se construían formando ruedos de ellos ensartados unos a otros por sus vigas hasta unir sus ruedas dejando un pequeño hueco bajo ellas.
Este es el último que todavía circula por las calles de Sanzoles. Sus propietarios, los hermanos Bertino y Demetrio mantienen una pareja de mulas que enganchan al carro para cada faena. El año pasado pude verlos con los cestos de mimbre de vendimiar.

Desde la invención de la rueda, muchos y diversos vehículos de transporte la han empleado, pero en Castilla y en buena parte de la península este carro ha demostrado ser el mejor diseño. Sus grandes ruedas  reducen la percepción y salvan con facilidad los profundos baches que dejaban las tormentas e inviernos en los caminos.  Los radios altos permitían colaborar a los braceros ayudando a las caballerías a seguir en los momentos de apuros. Su larga viga colaboraba con los animales bien adiestrados a mover con facilidad importantes cargas colocadas éstas inmediatamente encima del eje.
Con la desaparición de los carros perderemos su vocabulario que de niños aprendíamos escuchando a los mayores.
El carro lo compone la caja, la viga y las ruedas. La viga o vara del carro es la pieza de mayor tamaño que recorre el carro desde la parte posterior hasta la zona de enganche de los animales, generalmente de negrillo.
La caja o desojao está formada por el piso o la mesa, parte horizontal, de 4 o 5 tablas, de negrillo (algunas de roble) con los brazuelos o rostrales, piezas atravesadas adelante y atrás, y los aimones desde la parte delantera a la trasera, piezas prismáticas y robustas entre las que se encuentran las tablas y se insertan las teleras. Los cabezales son las piezas salientes del carro que defienden las ruedas del roce en la parte anterior.
Sobre los rostrales, están fijadas las escuadras de hierro al interior y los sostribos por fuera que sujetan ambos los indiestros o piezas verticales de las esquinas más robustas que a su vez configuran las teleras o costeros, con los tirantes de las teleras de hierro,  las tablas se denominan costanas. Cerrando éstos en la parte superior los largueros que fijan las piezas verticales y se amarran con las varillas de hierro con rosca cuadrada de refuerzo que en los más decorados remataban en la cabeza con borlitas o remates decorativos. Todo el tablero y barrotes armado con tornillos barraqueros.
Los tableros anterior (anteportilla, frontal o abrideras) y posterior, son desmontables y se sujetan en la parte inferior por el interior de los rostrales y en la superior entretallado en las pasantes como vemos en la foto.

 Las zapatas son las piezas de madera situadas bajo el asiento que fijan el eje de hierro forjado.
Los radios de la rueda son de acacia (algunos de encina), las mazas o cubos en las que se insertan los radios son de madera de fresno. Uniendo los radios de dos en dos en el exterior unas piezas de negrillo curvadas denominadas pinas entrelazadas entre sí y cerradas por la llanta de hierro forjado.
Siempre de 16 radios, unidos en las pinazas zonas curvas del buje, mazas o cubos reforzados con cinchos de hierro, aros pequeños que arman las mazas, por lo menos dos, uno al exterior más ancho y otro más grande y estrecho en el interior junto a la inserción de los radios. El agujero denominado buje, pieza de hierro en ocasiones con un tubo también de hierro denominado manga , por este buje se introduce la rueda en el eje, bien engrasado antes con sebo, una arandela o aro boquero, la volandera, arandela suelta y el pasador , estornija o pina que atraviesa el eje por una ranura u ojal. El extremo de forma cónica para permitir el ajuste con el desgaste del  buje al eje evitando el excesivo zarandeo de las ruedas que podían llegar a rozar el sojadro o cajón en el balanceo de los caminos.
en la parte posterior también disponían del freno, palo robusto atravesado revestido en los estremos con trozos de rueda que accionado mediante barra y palanca desde el carro permitía frenar en las bajadas de las empinadas cuestas que tienen algunos pagos, ayudando a los animales evitando que la carga les empuje.
El reculador o vencejón es el tope superior de la viga en el que se fija el yugo, llamado así porque los animales retroceden hasta este punto al montar el carro. El dentellón sobresale de la viga por la parte inferior delantera evitando que ésta se arrastre por el suelo.El yugo es un útil desmontable adecuado a las caballerías. En la parte inferior otra pieza denominada peón evitaba que la viga apoye en el suelo al desenganchar las mulas.
En la parte anterior de la viga y posterior del carro el tentemozo. Pieza de madera colgada de un extremo, reforzada con aros metálicos que permitía mantener el carro horizontal incluso cargado. La galga es el freno del carro, palo en la parte posterior del carro bajo la caja que porta las zapatas que frenan sobre las ruedas. El alza es la pieza que separa ligeramente el eje de la caja del carro levantándolo del plano.

Los sostribos en ocasiones decorados por el forjador, piezas en forma de L hacia el exterior que da rigidez al sojadro o cajón del carro, permite sólidos amarres.
Algunos carros tenían anillas, pequeños aros situados en la parte superior de las teleras donde se colocaban los estacones o picones para sujetar las redes y transportar haces de cereales. Incluso en la parte posterior se podía formar la bolsa de esparto o madera para aumentar el volumen de la carga con mercancías de poco peso.
También se empleaban, aunque menos, los garbiones o cabezales, pulseras o sobreindistros, piezas cuadrangulares para modificar el modo de carga, o los coñazos o sobreteleras o tableros de la paja, dos tablas unidas por barrotes de forma curva de negrillo que permitía el aumento del ancho del carro volando sobre las ruedas hacia el exterior. El más empleado es el Baluarte o armazón compuesto por cuatro estacas y cuatro redes de estopa formando bolsas que permitía recoger grandes volúmenes de paja, el bálago o haces de mies hacia las eras. Había redes más o menos tupidas para acarrear haces o paja trillada más fina. La puente une las redes en su parte alta de los estacones insertos en las bridas.
El estrinque, que todavía existe hoy en los modernos remolques era una cadena que unía las teleras en su parte superior o tirar del carro si quedaba atrancado.
Expresiones como enganchar el carro, enejar el carro, tesarlo y otras, eran comunes en el vocabulario local y extrañas a los que visitábamos el pueblo algunos días durante el verano.
La mayor parte de los carros tenían alguna decoración. En el de los herederos del señor Demetrio todavía se intuyen las pinturas. Los construidos en Salamanca eran muy decorados, algunos con muestras excepcionalmente realizadas. Sobre todo en las puertas y en especial la delantera, con abundante colorido y motivos vegetales, geométricos, animales y escenas elegidas por el propietario que lo encargaba, de caza, de pesca o de costumbres, eran el orgullo de la casa. En Salamanca se fabricaban en Cabrillas, Escurial de la Sierra, Abusejo, Villalba de los Llanos y el Maillo. En Zamora en Fornillos y Pino del Oro. Los últimos que se adquirieron en los años 60 me cuentan que costaban entre 6000 y 9000 pesetas. El carro lo compraban los agricultores prósperos, otros muchos se tenían que arreglar con un burro o mula y sus alforjas, o incluso andando.
En la parte superior lateral figuraba la matrícula del carro, donde se asignaba un número y la provincia, utilizado para su identificación y en algunos casos para el cobro de impuestos de rodaje. Los carros eran mal vistos en las ciudades por sus llantas de hierro, eran  ruidosas y deterioraban los adoquinados y lustrosos empedrados.
Incluyo dos fotografías de un carro en la Alberca (Salamanca), se puede observar que la decoración era sorprendente y la calidad artística de las escenas excepcional, nada que envidiar a muchas otras pintadas sobre lienzo.

Desde aquí el agradecimiento a estos vecinos que mantienen en funcionamiento este elemento tradicional del paisaje del pueblo hasta la proliferación de tractores y coches, que lo conserven y veamos muchos años más rodando y no solamente desfilando en fiestas o decorando jardines. Por cierto, ningún agricultor dejaría su carro a la intemperie más tiempo de lo necesario, la madera termina siendo afectada por el sol y la lluvia hasta pudrirse. Circulando por los caminos podemos ver restos de carros abandonados en muchos pueblos. También parece triste la pérdida de un importante vocabulario que encontramos en la los versos y relaciones que escribieron para las fiestas de carnavales y quintos.
                                     
                                          Carro de Arabayona de Mojica (Salamanca).

Fuente principal personas mayores de 80 años que emplearon el carro en Sanzoles.
GARCÍA MALMIERCA, María Victoria.  Agricultura tradicional y modera. El léxico en la Bóveda de Toro(Zamora). Ed. Ayuntamiento de la Bóveda de Toro. Salamanca 2007.
  

martes, 27 de agosto de 2013

LA PLAZA MAYOR DE SANZOLES

LA PLAZA MAYOR


De origen incierto, a partir del siglo XVI evolucionan desde espacios diáfanos  abiertos que permitían orden y desahogo hasta las plazas de los siglos XVIII y  XIX cuadrangulares que son el orgullo de las ciudades en que se en encuentran. Junto a estas plazas  proyectadas se desarrollaron también otras de forma más orgánica adaptándose a los desniveles y con peculiaridades locales que le aportan naturalidad y personalidad  únicas diferenciándose  e identificando el espacio más representativo de una localidad.
Sin trazas previas, fruto de la historia del pueblo, sin problemas de estilo pero con un alto grado de sentido común, a semejanza del ágora en Grecia o el foro en Roma, la plaza formaba un espacio necesario en toda urbe, emblema de la cultura europea  pero también empleado por los islamistas con ciertas peculiaridades.

Espacio público para la organización urbana, la plaza supone urbanísticamente un ámbito de expresión y desahogo, un tránsito de lo privado a lo público, en ella los vecinos pierden su libertad e individualidad y pasa a formar parte de un colectivo.
Históricamente ha asumido múltiples y contrapuestas funciones. Como eje de organización de un pueblo suponía un lugar de comercio, espacio de manifestación, de juego,  celebración, reunión o simplemente de contemplación.
Un lugar donde se constituía la relación y la tolerancia, más aún cuando no existían los medios de comunicación y por supuesto internet. El mejor pueblo es el que tiene y utiliza mejor sus espacios públicos porque éstos definen su vida colectiva, el lugar inmediato donde el visitante intuye la vida o parálisis de su gente, lugar de identidad y de historia.
Carlos I manda que en España se ordenen las ciudades y pueblos desde las plazas, espacio común y central y como tal de importancia, así ha sido puesto de manifiesto desde las Madres de Mayo en Argentina hasta los chinos en la de Tian´anmen o Tahrir en Egipto por no mencionar la Puerta del Sol de Madrid.
La “agorafobia” o rechazo y desprecio por las plazas producido recientemente propugna su abandono, la pérdida de cohesión social y reduce y restringe la participación de la ciudadanía conduciendo a la segmentación, fragmentación y desarticulación de los componentes de la unidad rural.
La Plaza Mayor tiene un valor simbólico de intercambio de bienes, de servicio, de ocio o simplemente de opiniones, opuesto a corrillos restringidos. Fomenta la socialización en un espacio de todos conservando este legado entre generaciones. Es el espacio público más importante de expresión cívica y colectiva, es más que un lugar, en ellas se colocaba el mercado o la horca, el teatro o las procesiones, los toros, las bodas o los juegos.
La de Sanzoles tiene forma irregular, muy común en periodos medievales, en una  orografía con fuerte pendiente se reservó un espacio diáfano para este uso con tres calles de acceso.
Hasta los años 70 el firme era de tierra y todas las fiestas  se montaba la plaza de toros adaptándola al espacio y desnivel con carros y empalizas, se conservan hermosas y singulares fotos como podéis ver en los álbumes del Telecentro.

Con la llegada del hormigonado se realizó éste pero, dado el desnivel existente entre los extremos que llega a los tres metros, se reservó una zona para templete o plataforma elevada,  con sus árboles, bancos y escaleras, fue modificada, pero finalmente demolida.
Tras dejar varios años la plaza con esta zona central sin pavimento y con imagen de inacabada y abandono,  realizamos una propuesta para su estudio por parte de la corporación de la que fue ejecutada parte, con añadidos a sugerencia de otros "colaboradores" .
La plaza tenía un aspecto excesivamente seco. Se proponía una fuente que iría ubicada en la zona de mayor desnivel, consiguiendo nivelar considerablemente el resto de la plaza. De forma circular para facilitar el tránsito de vehículos y evitando rincones y esquinas. El borde de ancho suficiente para ser utilizado como banco en todo su perímetro. El desnivel de la calzada respecto al borde permite que este banco tenga diferentes alturas en su perímetro adaptándose a niños o mayores.


El agua procedería del desborde y rebosadero que discurre por el desagüe de la calle del Caño, situada a mayor altura, disponiendo de cota suficiente para hacerla aparecer en la plaza.
Una pila circular de escasa altura, 50cm en el interior, con agua excedente que aparece para refrescar el espacio. Un rebosadero puntual en el borde superior corriendo el agua hacia el centro de la plaza canalizado por un canal estrecho y bajo para poder beber los perros o pájaros. En el extremo opuesto un pequeño machón o alzado que soporta un caño de la red de agua potable accionado con pulsador manual. Con una escalera descansada se adapta al fuerte desnivel del suelo.
 Planta alzado y sección.


El remate del machón es un plano curvado o arco rebajado. Supone un guiño a la tradición que se integra con el remate superior de la torre de la iglesia y con los remates de los demás caños del pueblo que surtieron de agua a los vecinos y sus animales hasta la llegada del  agua potable canalizada.
Junto al pilón circular, en el mismo eje otro círculo de zona verde y alrededor de él un borde amplio o acera encantada evitando bordillos. La zanja necesaria para traer desde el centro de la calle del caño hasta la zona baja de la plaza se encantaría señalizando el eje principal. Las maestras radiales y bordes exterior e interior de los encantados debían ser de canto grueso, preferentemente plano,  y el relleno de canto menudo y apretado que evite las malas pisadas en particular con tacones.
La fuente no debería elevarse nunca por encima de 1,20m manteniendo la visión del conjunto de la plaza en todo momento. La eliminación del anterior templete dejó claro a todos los vecinos que si bien tendemos a ubicar cosas en el centro, éstas dificultan la visibilidad y la percepción del espectador  es de un espacio mucho más reducido.  La ubicación de un monumento o un elemento de menor  tamaño no provoca este efecto pero sí la de un abeto. La colocación de un surtidor vertical, con un manneken pis de piedra artificial, que fue destruido, farolas estilo Luis XVI o bancos con publicidad fueron aportaciones espontáneas que no estaban pensadas originalmente. La ubicación de las farolas, en concreto, no tuvo en cuenta el tamaño de las carpas que se venían colocando para la celebración de las fiestas, haciendo necesario que todos los años se procediera a desmontar y montar una de las farolas.
 Plano de planta de la plaza.

 Foto aérea Google map.

No obstante se añaden los planos realizados para esta propuesta, así como la vista actual de plaza en Google. Los dibujos son del año 2002. Esta fuente era como las demás del pueblo autosuficiente, no requería acometidas eléctricas, bomba, mantenimiento,…permitía refrescar el ambiente, depósito de agua para posibles incendios, etc.


Saludos.

lunes, 12 de agosto de 2013

EL NEOCLASICISMO EN LA IGLESIA DE SANZOLES.




La iglesia de Sanzoles es Neoclásica.

El Neoclasicismo ha sido un estilo arquitectónico poco estimado y comprendido. Evidencia la seducción del hombre por el pasado, supuso revivir las formas clásicas, un  retorno a las joyas de la antigüedad después del barroco recargado.
En el siglo XVIII se dan grandes transformaciones, es denominada la “edad de la razón”, el amor al hombre, la solidaridad, el respeto y la confianza (valores opuestos al barroco). Se desarrolla la Ilustración, la revisión de la experiencia para la concepción de una nueva sociedad con la necesaria revolución política. Se produce en primer lugar en Inglaterra, de allí pasó a Francia y  de ésta llega a España. Se habla de la época clásica y se toman de ella los valores de belleza y utilidad. Los descubrimientos arqueológicos de Herculano en 1738 y Pompeya en 1748 entre otros, permiten apreciar las bondades de aquella cultura frente a la actual. Tratados como el de Vitruvio colaboran profundamente en retomar aquellas formas y proporciones que permitieron levantar los grandes y majestuosos edificios clásicos.
También supone este estilo una actitud frente al barroco y sus abusos decorativos.
El papado combate el protestantismo desde que en 1517 Martín Lutero criticó la ostentación de la Iglesia y el Concilio de Trento provoca el cambio que potencia el culto y la proliferación de imágenes.
Con el Neoclasicismo la clase media ilustrada tiene nuevas pautas morales. Defienden la disciplina, el valor de la norma y la austeridad del arte antiguo. Así los acontecimientos y la nueva forma de pensar forman parte del movimiento artístico.
Es el  último estilo universal, con su decadencia a finales del siglo XIX es Napoleón quien da paso al Romanticismo.
Se trata de una arquitectura que pretende ser lógica, los órdenes, los elementos constructivos, la supresión de ornato y la funcionalidad. Se impone el gusto desde la Academia de Bellas Artes de San Fernando, fundada en 1752 a raíz de la remodelación del Palacio Real de Madrid. La rivalidad entre nobles y la ostentación en sus edificios había sido la dominante, con derroches que obligaban a aumentar las recaudaciones y  provocaban en las clases humildes grandes penurias.
Se dejan de levantar suntuosos y abigarrados palacios para iniciar programas de edificios públicos, hospitales, orfanatos, canales, puentes…, grandes construcciones necesarias para la sociedad que sale de momentos de profunda crisis.


¿Todo este preámbulo para qué? Para intentar situarnos en el escenario en el que se levantó la iglesia de Sanzoles. Un pueblo que necesitaba un templo de mayores dimensiones, sólido,  sin alardes decorativos de tiempos pasados utilizando sencillos relieves y remates acompañados de ligeras molduras funcionales.  Orden u proporción inspiradas en el clasicismo por solidez y estabilidad, toda ella de piedra arenisca local y de una sola traza.

                                        

Fotos del autor.  

lunes, 22 de julio de 2013

LA CONSTRUCCIÓN DE BODEGAS TRADICIONALES. CAPITULO 3.

EL CUERPO DE LA  BODEGA.              
Sanzoles.


La bodega deberá descender y adentrarse en el terreno hasta que sobre el cielo del cuerpo principal dispongamos de entre 6 a 7m de piedra y tierra, espesor que garantiza en estos suelos  la estabilidad de temperatura necesaria para conservar en las mejores condiciones los vinos, con cambios de temperatura mínimos (entre 9 y 12ºC).
Tengamos en cuenta que deberán mantener el vino sin estropearse durante un año o más en el caso de que los viñedos sufran heladas que mermen la cosecha.

El cuerpo de la bodega dispondrá de espacio suficiente para alojar los recipientes en los que se elabora el vino, así como para la manipulación, llenado, vaciado y limpieza de los mismos. También para la pisa, sea picada en la propia roca, de fábrica de ladrillo o recipientes para su estrujado y extracción. Dado que cada casa o familia tiene unas necesidades de producción muy dispares, encontramos bodegas desde algo más de 1 m2 con espacio casi exclusivo para varias garrafas de vidrio, hasta grandes bodegas con zonas de cubas y lagar en esta parte principal de la bodega o conjuntos de bodegas que se unieron o crecieron como si de un órgano vivo se tratara.
Sanzoles.

Es muy común que las bodegas sean el fruto de abundantes ampliaciones que las van adecuando a las necesidades del propietario productor ampliando el espacio teniendo cuidado de respetar cierto espesor de piedra entre las bodegas contiguas. Con estas premisas la forma inicial en planta en rectangular y básica, abovedada, a la que se le añaden ampliaciones al frente, nichos a ambos lados o incluso bajo la propia escalera, y por supuesto hacia abajo dándole mayor altura para alojar cubas de mayor dimensión  dejando espacio para la entrada por la parte superior de las mismas o boca y hueco inferior para las canillas y colocación del envasador, recipiente obtenido de una cuba cortada por su zona más ancha colocado apoyado sobre la rueda.
Sanzoles.

Este aumento de la altura de la bodega con posterioridad a su inicial trazado provoca que en muchas ocasiones los peldaños de la escalera se adentran en el espacio principal, al hacer descender el suelo dado que no se debe picar en el techo porque perderíamos espesor de terreno sobre ella  y debilitaríamos la estabilidad que garantiza el reparto de cargas que incide sobre el cielo de la bodega hacia los muros laterales.  
Tengamos en cuenta que la excavación del terreno favorece su pérdida de humedad y ésta va acompañada de retracciones y fisuras en muros y techo que presentan muchas.
El techo siempre curvado, preferentemente abovedado, además de soportar mejor las cargas, en momentos puntuales de filtraciones de agua se favorece el escurrido hacia el suelo y arquetas de achique evitando las goteras.

Fuentes y fotografías propias.

miércoles, 10 de julio de 2013


LA CONSTRUCCIÓN DE BODEGAS TRADICIONALES. CAPITULO 2.


LA ESCALERA.

Abierta la puerta  de la bodega, lo más común es disponer de un espacio de descanso, zona llana antes de la escalera que permite encender el elemento de iluminación para bajar, vela, carburo lámpara  de petróleo,... además de adecuar la vista al cambio brusco de luz antes de empezar a descender o posteriormente en la salida. Las más antiguas sin barandillas o agarraderos para ayudarse.
 El Cubo.


De escasa anchura, de 1 a 1,30 m.  con algunas oquedades para dejar pequeños utensilios a mano a uno o ambos lados.
 El Cubo.



Cubierta esta entrada con madera o piedra, se une con la escalera con peldaños en general poco descansados, la medida más común es de 30/33cm de pisa y de 20 a 22cm de tabica. Talladas en la misma roca con ligera pendiente que permite el escurrido de los líquidos que se vierten al subir o bajar recipientes llenos, llegando a formar regateras, desgastados en la zona de pisadas. Las escaleras tienen un número muy diverso de peldaños, los necesarios para descender por el cañón hasta el denominado cuerpo de la bodega, parte de mayor anchura donde se ubican los recipientes y se realizan las labores.



 El Cubo.


El techo de de estos espacios  inicio de la escalera descendente hasta que se adentran bajo la roca virgen suele ejecutarse de cuatro maneras fundamentalmente. La más sencilla sería con palos o maderos de mayor o menor grueso adosados unos a otros, muchas veces sin pelar la corteza, que hacen de encofrado y soporte de la piedra y tierra de tapa que la cubre.
 Cuelgamures.


La segunda solución, la menos empleada, consiste en colocar sobre una cimbra o encofrado de madera, piedras de tamaño medio, de 10 a 30 kg  preferentemente jarreña, sedimentaria con abundante sílice muy áspera y poco absorbente, colocadas a modo de cuña, de gran dureza y que abundan en los cerros del entorno.
 Villabuena.

También pueden estar colocadas varias filas a ambos lados salientes por aproximación con una pieza plana grande de tapadera. 


La tercera, la más utilizada consiste en apoyar sobre las dos mesetas laterales de la escalera dos sillares alargados uno contra otro formando ángulo de 90º en el vértice o aproximándose a él, con el apoyo inferior y el encuentro superior achaflanados en junta vertical para dificultar la entrada de agua. Piedras pareadas que conforman un techo triangular, hasta que descendiendo entramos en la zona de piedra natural en el que el techo se redondea sustentándose por el natural efecto de arco.
 Gema. 
 Guarrate.

La última solución, la más rica y escasa, consiste en la realización de una bóveda de medio punto con dos salmeres, dos dovelas y la clave, consiguiendo un techo semicircular  o bóveda de cañón inclinada con la pendiente del tiro de la escalera.
 El Cubo.




Cuelgamures.

Por supuesto el empleo de losas de hormigón, viguetas de forjado y bovedillas u otros procedimientos, si bien pueden resolver el problema (teniendo en cuenta las importantes cargas que en ocasiones soportan), modifican el aspecto original y tradicional de estas construcciones de forma importante.


 Entrada en Sanzoles.

Cuando dispone de estancias, sisas o pequeños espacios a media altura se realizan descansos, zonas planas para permitir la ubicación de otra puerta, tinajones o barricas. 
En una misma puerta podemos encontrar en el descenso dos o más bodegas, generalmente construidas por una misma familia que pasa a distintos propietarios con la colocación de nuevas puertas y sus llaves independientes.
 Sisa. Sanzoles.
Esta forma de cubrir galerías o espacios angostos la identificamos por primera vez en la construcción etrusca, en Italia en el siglo VII al V a.c. Encontramos en esta cultura antecesora de la romana, edificios funerarios con puertas y agrupación de las mismas que se asemejan mucho a las actuales bodegas.

 Tumba de Bronzeto en Populonia (Italia).

 Necropolis en Orvieto. de Cocefisso del Tuto (Italia).


En planos de planta y sección vemos como aquellas construcciones funerarias tienen la misma estructura, e incluso ventilación que muchas bodegas enterradas.
Artesa en Corneto en Volumnii, Perugia (Italia).
Imágenes de Francisco Ortega Andrade (Arcos, bovedas y techos en la construcción etrusca).  Actas del segundo congreso nacional de historia de la construcción. CEHOPU, Madrid 1996.



sábado, 8 de junio de 2013

CAMPANAS DE LA IGLESIA DE SANZOLES.

Campanas función y significado.
En Sanzoles cada domingo las campanas suenan con energía llamando a misa.
Un sistema de comunicación que llega a  todos los vecinos del pueblo, incluso a los que se encuentren en el campo. Sus toques se deberían escuchar desde la totalidad del término.


Con sonido  identificable, se tañen con exclusivos “toques” para cada acontecimiento.
 


Nola o Signun, fueron algunos nombres de las campanas en la antiguedad.
Los monjes desde el siglo VII emplean para llamar a sus rezos múltiples tipos de campanas,  para defenderse de los temporales, o  los malos espíritus que los propiciaban, anunciaban la tarde anterior el ayuno del día sucesivo, señalaban la hora de actos singulares y lanzaban una nota de alegría en las circunstancias solemnes de la iglesia o de carácter civil pero siempre de interés común, se trataba de un medio de comunicación. Todavía hoy en algunas fincas de Salamanca, aunque no disponen ya de capilla, mantienen la campana o campanas en uso para realizar avisos.


En los pueblos de Castilla y León además de convocar a misa sirven para anunciar la agonía y la muerte de un fiel, que los locales llaman encordar, varón, hembra (uno o dos toques al finalizar) o niño (toque especial), para que se rezase por su alma, funerales u otros actos religiosos, también para avisar a fuego, recaudación, terremotos, tormentas, ataques en tiempo de guerra, extravío en temporales u otros actos de la comunidad. Las torres son elementos de defensa y observación. El día anterior a una gran fiesta religiosa se tocaba a vísperas. Para llamar a la misa diariamente se usaba una esquila.


Las campanas eran el reloj de muchos vecinos, toque matinal, del Ángelus a las 12 del medio día, y por la noche, servía para marcar el tiempo de trabajo y descanso, y recordar a los ausentes.
En el reino de León, las campanas y pendones eran propiedad de los Concejos de vecinos, dado que ambos tenían funciones tanto civiles como religiosas, compartiendo su uso.

Siempre elevadas de la nave de la iglesia mediante torre o espadaña. Las torres cuadradas eran  más estables y con cuatro lados permiten hasta ocho claros y campanas diferentes cuando no más (lo vemos en Fuentesauco).En el periodo barroco se hacen salas de campanas con bóveda de piedra que permitía amplificar su sonido como si de una caja de resonancia se tratara.

Las espadañas son las más abundantes en la comarca, todas ellas diferentes, constan de un muro de gran espesor, siempre perpendicular y al pié la iglesia,  se reduce a medida que se eleva, cuanto más alta más lejos llega su sonido, con un número de claros variable, generalmente tres, dos ocupados por campanas de diferente tamaño y uno en otra altura libre para colocar otra menor.
Cada campana emite un sonido diferenciado,  facilitando la diversidad de de combinaciones con sus toques y tiempos, generando peculiares melodías.
Como la música, transmiten sentimientos y emociones a los vecinos y sobre todo a los nacidos o criados en el pueblo recuerdos que lo asocian a momentos importantes de sus vidas (fiestas, bodas,bautizos, comuniones, etc). Existía un campanero, cargo semejante al alguacil o al guarda, responsable de todos los toques necesarios y del cuidado y buen uso de las campanas.
  

La reciente reconstrucción de las campanas de Sanzoles hizo preciso bajarlas trasladarlas a la fundición, romperlas en pedazos y volver a fundirlas, conservando sus formas, dimensiones y espesores para conseguir el mismo sonido o afinación. repitiendo las inscripciones y dibujos que tenían. Las campanas ubicadas en los templos contienen comúnmente inscripciones con los donantes, fechas y sobre todo símbolos y cruces.

 El badajo de forja forma parte necesaria del instrumento por su modo y lugar de impacto y la cuerda para su manipulación, generalmente simultánea de las dos campanas.

Un motivo para reutilizar el bronce de la campana original es la relación de cobre y estaño  de su aleación. Además de la forma, distintas proporciones de los dos componentes condicionan su durabilidad y su sonido.
La causa fundamental por la que se puede romper una campana es un templado o mal enfriamiento en su fabricación. La variación de espesores supone diferentes temples y tensiones que si permanecen en la pieza, sometido a las condiciones extremas propias de la intemperie y  a los fuertes impactos en su toque, pueden llegar a romperla, momento en el que su sonido cambia radicalmente. Hasta la reparación reciente todos conocíamos el peculiar sonido de la campana rota de Sanzoles.

La fundición más tradicional de campanas es la denominada “a la arena”, también se pueden fundir campanas de menor tamaño “a la cera perdida” técnicas muy diferentes de conseguir que el bronce fundido adquiera la forma de un molde.

Las campanas eran fijadas por cuatro asas que permiten sujetarlas al yugo mediante elementos metálicos también forjados,  amarrados a maderos que unidos a un eje de giro y viguería contrapesan la campana para facilitar el volteo o vuelo, tanto en el simple balanceo como en su giro total con facilidad. En Sanzoles el yugo nuevo colocado a las campanas es de palastro, chapa de acero de gran espesor que soporta la intemperie mejor que la madera, manteniendo su forma y función, aseguradas con barrotes roscados al eje de giro que ahora tiene rodamientos para facilitar el movimiento sin dañar los apoyos en sus extremos.

La construcción de campanas era un oficio peculiar dentro del más genérico de fundidor.
Todavía se enseña fundición de bronce en las escuelas, utilizada fundamentalmente en la reproducción de esculturas.
Desde la milenaria cultura china se  emplean campanas pero probablemente fueron los romanos los que las difundieron en la península, utilizadas para todo tipo de convocatorias o llamadas, pasos de cortejos, organización de esclavos, termas, mercados y otros por su fuerte sonido y alcance.
En la iglesia, los tres toques se asocian a la Santísima Trinidad. La adoración en el acto de elevación durante la eucaristía. El toque suave y rápido del Sanctus de la entrada de Jesús en Jerusalén. Los tres toques suaves en la Comunión y otros más. Los repiques de campanas, ahora ejecutados casi todos los fines de semana, eran reservados para los días grandes.
 
                                         Campanario Carmelita en Salamanca. Dos espadañas y cuatro campanas.


EL LENGUAJE DE LAS CAMPANAS. GUILLERMO CARRIZO VARCARCE. FUNDACIÓN JIMÉNEZ DÍAZ. 2018, REV. 436