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miércoles, 15 de mayo de 2013

LA PIEDRA ARENISCA DE SANZOLES.


Piedra arenisca de Sanzoles.

Es el material más noble de los empleados en la construcción  local. Son muchos los edificios existentes en Sanzoles del Vino realizados con esta piedra.
Los más singulares por su tamaño son el ayuntamiento y la iglesia parroquial de San Zoilo.
Ambos realizados en piedra en su mayor parte.
Sabemos que en el pago de El Culo del Mundo se ubicaban las canteras de donde se extrajeron piedras areniscas (de diferentes tipos) para levantar “Ocelo Duri”, origen de Zamora y asentamiento romano en Madridanos y Villalazán o las Contiendas,  según la revista Argutorio de la Asociación Cultural Monte Irago.
También se ubicaba el “Oppidum” Vacceo  antes de la llegada de los romanos en el Teso del Viso, según José Luis Vicente Gonzalez.
El pago denominado de las Canteras está situado cerca del Caserío de Aldeanueva.

 Bancos de extracción.

Pero la sillería utilizada en las abundantes construcciones levantadas en Sanzoles procede del  cerro de Las Llaves, al noroeste del municipio.


Como roca arenisca, es de origen sedimentario, fruto del asiento de arenas en la proximidad de antiguos terrenos fluviales.
Compuestas por cuarzo, feldespatos y filosilicatos en distintas proporciones. El cuarzo del 55 al 82%, el filosilicato  del 10 al 24% y los feldespatos del 1,5 al 15% algunos otros componentes en cantidades inferiores a éste.  La porosidad alta de 25 al 35% provoca en ocasiones que las areniscas con mucha arcilla absorban  humedad en exceso, se reblandezcan y se desmoronen. Por este motivo, todavía hoy, en Villamayor (Salamanca), piedra de composición más homogénea y estable, se sigue recomendando el oreo de la piedra extraída antes de su colocación para descartar las más endebles.
Es de tonalidad variable, desde arenosa pálida hasta rojiza terrosa cuando contiene mayores óxidos metálicos y arcillas.

La maestría de los canteros se aprecia en el abundante número de piezas talladas que podemos ver en los edificios tanto de viviendas como de uso auxiliar o agrario. Bodegas, cuadras o pajares presentan ventanas y esquinas excelentemente  talladas.
La facilidad de talla en fresco y la abundancia de este material en el entorno permitió a los maestros de obras y canteros aplicar la sillería en la solución de abundantes problemas constructivos.


 Calle de la Mañana.
Por La calle de la Mañana se adentraban los carros con la carga. La importante torre sirve de referencia. En la dirección contraria, el Camino de Moraleja y el pino (destacando en la silueta del monte) en la lejanía, era el destino de los carreteros.


Las canteras que sirvieron, según cuentan los viejos del lugar, para acarrear con bueyes desde ellas la piedra de mayor calidad, estaban situadas en el cerro denominado teso de las Llaves, en los límites del término lindando con Moraleja del Vino. Realizando una visita reciente, gran parte de los barrancos creados en la extracción han sido enterrados y encontramos restos de piezas de cantería abandondanas y abundantes escombros propios de esta labor minera.
Cortes verticales apiconados que configuran paredes mostrando el avance del tajo. Piezas prismáticas que mediante la el uso de palancas, la realización de rozas y mediante cuñas de acero se separaban del macizo rocoso y se fraccionaban. La pieza prismática abandonada y fotografiada nos permite imaginar por su tamaño el enorme esfuerzo que suponía la extracción, carga y transporte de éstas antes de verlas colocadas en su dintel, esquina o cornisa.

Sirvan estas líneas para entender el esfuerzo y la riqueza que representa el empleo de este material y el valor que tienen las construcciones ejecutadas con esta piedra que en ocasiones se  tapan, desprecian, maltratan o derriban.
  
Corte de cantera. Las Llaves.

 Cantera en el pago "Las canteras"
En este pago se extraía la piedra empleada para los zócalos, arenisca tosca poco porosa de difícil labra, está situada al este en el límite con el término de Toro junto al camino del mismo nombre.



Canteras de Villamayor (Salamanca).

Saludos.






sábado, 11 de mayo de 2013

EL RETABLO MAYOR DE LA IGLESIA DE SANZOLES DEL VINO




La iglesia de Sanzoles presenta en su interior un retablo  apreciable que desde estas escasas líneas intentaremos explicar para su mejor comprensión.
Podemos afirmar que el retablo es anterior a la construcción de la iglesia.
La construcción de este tipo de retablos se sitúa entre el 1600 y el 1750, siendo levantada la iglesia ya en el siglo XIX como lo indica la portada norte.
Sin la consulta de archivos, que sería preceptivo, podemos suponer que este retablo procede de la anterior iglesia existente en el municipio (algunos documentos hablan de tres), con cabecera de menor tamaño.
Los retablos se constituyen cono un mueble para el culto en el que se ubican imágenes. Situado en el lugar más destacado, detrás del altar “retro tabulum” tabla posterior. Es en el barroco, siglos XVII y XVIII cuando evolucionan hasta llegar a su mayor profusión artística con los camarines como el de la iglesia de Bamba.
Los retablos fueron realizados de piedra, estuco, pero sobre todo de madera, que permitían gruesas tallas, ser pintados y dorados deslumbrando al espectador. Evolucionaron también reduciendo figuras y dando mayor protagonismo al manifestador que se eleva a la zona central, dando más importancia a la eucaristía.
La madera más común era el pino pero también se realizaban en castaño, nogal, roble, peral u otras maderas de la zona por su economía y mejor comportamiento.
La escasa luz que los iluminaba, cuando no eran velas, sus formas ondulantes y doradas, destellantes, sumergían al visitante en una atmósfera que colaboraba con la espiritualidad del discurso. La ilusión, teatralidad y los contrastes del barroco se consiguen con verdadero efectismo.

Los retablos barrocos constituyen una de las muestras más importantes del arte español de todos los tiempos, y a pesar de su descrédito con los ilustrados y los múltiples incendios, son muchos los que han llegado a nosotros. El Concilio de Trento vino a refrendar la importancia de las imágenes  que aproximan al orante a la religiosidad sin sustituir al representado.
El retablo de la iglesia de San Zoilo de Sanzoles del Vino, en Zamora, es de madera, churrigueresco, como todos estos retablos, se ordena arquitectonicamente en horizontal con el banco o predela, dos cuerpos y el ático. En vertical se dispone en tres calles.
El banco original no existe. Probablemente con la construcción de la nueva iglesia, se trasladaron los cuerpos superiores pero el banco, zona inferior hasta la altura del altar, no pudo recuperarse. El actual está construido de fábrica de ladrillo enfoscado y pintado, en fotos antiguas se puede apreciar que, aunque con pintura imitación a mármol negro, también era de mortero.

El primer cuerpo presenta cuatro plintos salientes, generando tres huecos rehundidos, en el central se ubica el sagrario, en los otros dos se disponen santos al nivel de la mesa.
Los plintos están decorados en la zona inferior con pequeño zócalo, y en la superior con filete de baquetón dorado, friso negro, con moldura dorada, cornisa corrida decorada en su parte inferior con ovas, también doradas, ménsula central y en los costados con decoración vegetal, calada, con colgante de hojas hacia el centro de la peana, apoyadas en placas recortadas sobre entrepaños rehundidos con moldura de cuarto de bocel dorada. El marco de las peanas es de color granate imitando los mármoles Rojo Emperador, y el fondo de los entrepaños y el frente y plano superior de  las cornisas en imitación del mármol negro.  

En el segundo cuerpo predominan las columnas salomónicas. Cuatro, destacan del conjunto por su tamaño, relieve acabado. Sobre basa ática, idéntica a la empleada por Bernini en el Baldaquino de Roma en 1630. El fuste negro entorchado que eleva al orante como la llama de una vela. Todo él decorado con vides pámpanos y racimos, que cuelgan maduros desde sus varas enrolladas llenas de hojas contorneadas y llamativas. La representación del paraíso y frutos que nos aportan el vino símbolo fundamental del cristianismo. Sobre el fuste, capitel corintio con entablamento, fino arquitrave rematado en moldura de talón decorada, friso con canecillos vegetales dorados, entrepaños pintados enmarcados en rojo y centro en negro. Cornisa con moldura de ovas doradas, voladizo en negro y fino cimacio de nuevo dorado.
 Las calles exteriores de este  cuerpo presentan hornacinas con arco de medio punto enmarcadas exteriormente con una moldura que parte el espacio entre los bordes exteriores y el nicho. En la zona inferior o peana se remata con moldura pintada en relieve de placas recortadas, y en la parte superior con un florón vegetal o mascarón florido. En la calle central se repite todo de mayor tamaño por tener mayor ancho que las laterales. En el nicho central se sitúa el patrono del pueblo.

Sobre la mesa, cubriendo el sagrario, un manifestador con columnas toscanas y arquitrave. El manifestador, neoclásico, austero,  aporta protagonismo al sagrario y a la eucaristía realzando este elemento sobre el resto de los que componen el retablo y sirve de peana al santo patrón.
Las tres hornacinas están marcadas en su parte curva por cuatro casetones la central y tres las laterales, pintados imitando mármoles. Los laterales también decorados con entrepaños. El fondo pintado. El central con cuatro ángeles querubines que rodean y admiran al santo. El arco del nicho central se remata lateralmente con dos columnas en estípite recto con motivos vegetales con su capitel. Se prolongan hacia el techo con moldura elaborada cerrando un plano pintado en imitación mármol rojo.
El tercer cuerpo o ático tiene el remate en cornisa sobre las columnas. El entrepaño alargado decorado con pintura de vegetales simétricos configurando una cenefa corrida. Al frente las peanas sobre columnas vuelven a tener marco rojo, entrepaño negro y apliques vegetales colgantes dorados. Sobre las columnas de los extremos, dos remates torneados con soles, símbolos celestiales y marianos.
El cuerpo central se eleva una altura más con columnas apilastradas en estípite, nuevamente pintadas enmarcadas en rojo e interior negro y sobre los tres lados apliques colgantes de frutos y hojas dorados.
En el centro un marco a tres lados, con lienzo de fondo en el que se representa Jerusalén con sus murallas.
El Cristo, símbolo de la Pasión. Cruz triunfante, de bulto y fondo de pincel. La hechura rústica, su rostro y cabeza, su tronco y piernas rectas, solo los pies cruzados para ser fijados con un solo clavo nos remite a su ubicación en fechas anteriores al siglo XVII por su rusticidad. Las desproporciones entre brazos, piernas y tronco son las propias utilizadas para compensar las deformaciones que provoca la visión de una talla ubicada en lo alto, quizás exageradas.
Las pilastras laterales se rematan con un nuevo entablamento sin friso y de menor tamaño en su parte superior que le da mayor realce al conjunto y potencia la sensación de altura. En la zona central y como remate un escudo flanqueado con grandes hojas doradas como orla que le confieren riqueza. En el centro del escudo un cordero pascual sobre un cojín. Símbolo de la eucaristía, de la liberación judía y festiva, pues los judíos en los banquetes comían sentados sobre cojines.
Sobre ellos una corona real y la bola del mundo rematada con una cruz. Reinado de Cristo sobre el orbe.
Este último tramo está rematado lateralmente con aletas también vegetales enroladas con dos pequeñas peanas donde parece faltar algún elemento de terminación.
El muro de la iglesia presenta en ambas esquinas dos pilastras de escasa altura rematadas con pequeñas ménsulas escalonadas que eran los arranques de un arco apuntado que enmarcaba (existen fotos donde aparece el arco) y complementaría el espacio existente entre el retablo y los muros laterales, ahora en blanco, que confirman la adecuación del retablo a este ábside cuadrado que configura la capilla mayor, característica en el arte Visigodo, en particular en San Pedro de la Nave. Se eleva el conjunto del retablo, altar y la eucaristía a la vista de los feligreses mediante una pequeña escalinata. Esta capilla es de menor anchura en el fondo que en la boca acentuando su profundidad al modo barroco de Borromini.

De todos modos es recomendable verlo.




sábado, 4 de mayo de 2013

EL ZANGARRON SEGÚN PATRIMONIO.

PAGINAS RELACIONADAS CON LOS CONTENIDOS PRESENTADOS:



Mascarada de Sanzoles.   EL ZANGARRÓN.

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