La iglesia de
Sanzoles es Neoclásica.
El Neoclasicismo ha sido un estilo arquitectónico poco estimado y comprendido. Evidencia la
seducción del hombre por el pasado, supuso revivir las formas clásicas, un retorno a las joyas de la antigüedad después
del barroco recargado.
En el siglo XVIII se dan grandes transformaciones, es
denominada la “edad de la razón”, el amor al hombre, la solidaridad, el respeto
y la confianza (valores opuestos al barroco). Se desarrolla la Ilustración, la
revisión de la experiencia para la concepción de una nueva sociedad con la
necesaria revolución política. Se produce en primer lugar en Inglaterra, de
allí pasó a Francia y de ésta llega a
España. Se habla de la época clásica y se toman de ella los valores de belleza
y utilidad. Los descubrimientos arqueológicos de Herculano en 1738 y Pompeya en
1748 entre otros, permiten apreciar las bondades de aquella cultura frente a la
actual. Tratados como el de Vitruvio colaboran profundamente en retomar
aquellas formas y proporciones que permitieron levantar los grandes y
majestuosos edificios clásicos.
También supone este estilo una actitud frente al barroco y
sus abusos decorativos.
El papado combate el protestantismo desde que en 1517
Martín Lutero criticó la ostentación de la Iglesia y el Concilio de Trento provoca el cambio que potencia el culto y la proliferación de imágenes.
Con el Neoclasicismo la clase media ilustrada tiene nuevas
pautas morales. Defienden la disciplina, el valor de la norma y la austeridad
del arte antiguo. Así los acontecimientos y la nueva forma de pensar forman parte del movimiento artístico.
Es el último estilo
universal, con su decadencia a finales del siglo XIX es Napoleón quien da paso al
Romanticismo.
Se trata de una arquitectura que pretende ser lógica, los
órdenes, los elementos constructivos, la supresión de ornato y la
funcionalidad. Se impone el gusto desde la Academia de Bellas Artes de San
Fernando, fundada en 1752 a raíz de la remodelación del Palacio Real de Madrid.
La rivalidad entre nobles y la ostentación en sus edificios había sido la
dominante, con derroches que obligaban a aumentar las recaudaciones y provocaban
en las clases humildes grandes penurias.
Se dejan de levantar suntuosos y abigarrados palacios para
iniciar programas de edificios públicos, hospitales, orfanatos, canales, puentes…,
grandes construcciones necesarias para la sociedad que sale de momentos de
profunda crisis.
¿Todo este preámbulo para qué? Para intentar situarnos en el escenario en el que se levantó la iglesia de
Sanzoles. Un pueblo que necesitaba un templo de mayores dimensiones, sólido, sin alardes decorativos de tiempos pasados
utilizando sencillos relieves y remates acompañados de ligeras molduras
funcionales. Orden u proporción inspiradas en el clasicismo por solidez y estabilidad, toda ella de piedra arenisca local y de una sola traza.
Fotos del autor.
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